El regreso del Celta a los entrenamientos no estuvo exento de agitación y polémica debido a la decisión del club de impedir a sus descartes, el argentino Matías Lequi y los brasileños George Lucas, entrenarse con el resto del grupo. El cuarto de los descartes, el canario Antonio Guayre, contaba con permiso del club para ausentarse y se evitó, por el momento, el mal trago de ser marginado del equipo.

Los jugadores tres se presentaron en A Madroa tras realizar las pruebas médicas en la Clínica de Fátima. Entraron en el vestuario y al poco salieron vestidos de corto hacia el campo de entrenamiento, pero el club les impidió la entrada en el césped.

"Escribí que Antonio Chaves y Ramón Martínez no han dejado hacer la práctica a Matías, le han impedido hacer su trabajo", espetó el agente (y padre del futbolista), Miguel Lequi. El representante, que estuvo en constante comunicación telefónica con al Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), anunció que Lequi se presentaría mañana en A Madroa con un notario para que éste diese fe de que al jugador "no se le permite cumplir con su trabajo".

Decisión técnica

El técnico céltico, Pepe Murcia, ofreció una versión bastante más edulcorada del incidente. "No van a trabajar con el equipo por una decisión técnica mía, pues voy a trabajar con la gente con la que voy a contar", explicó el andaluz, que precisó: "Tendrán el mismo trato porque van a entrenar a la misma hora y el mismo tiempo que los demás y tendrán un preparador físico y entrenador, aunque en algunos casos lo harán en diferente sitio". Murcia, finalmente, calificó la situación de normal. "Creo que es una situación normal, que se da en todos los equipos, cada año o cada seis meses, cuando se abre y se cierran los mercados. Yo me preocupo más por las situaciones del día a día", expuso.

La negociación entre Lequi y el Celta para la desvinculación del jugador se adivina dura.El futbolista accede a renunciar a los dos años que le restan de contrato, a razón de 900.000 euros por campaña, a cambio de que el club le pague lo que le adeuda de las pasada campaña (unos 450.000 euros). El Celta pretende que rebaje sensiblemente estas pretensiones.

La situación del argentino es muy similar a la de Antonio Guayre, aunque a éste resta tan sólo un año de contrato. El canario pretende también que se le abonen las deudas pendientes a cambio de desvincularse del club.

La situación de los brasileños George Lucas y Roberto Souza es distinta, pues la intención del club es cederlos a otros equipos esta temporada. Ninguno de los dos, sin embargo, se tomó bien la decisión del club. El más afectado era el lateral derecho, que no comprendía por qué se le marginaba y se pasó luego por el club para pedir explicaciones. "No entiendo por qué me hacen esto. Puedo comprender que el club quiera cederme pero nadie me ha dado una razón de por qué no puedo trabajar con el resto de mis compañeros. Voy al club a ver si alguien me lo explica porque creo que no he hecho nada para merecer esto", comentó.

Roberto Souza, mientras, parecía resignado. El futbolista sabe que no vestirá de celeste la próxima campaña y espera encontrar un equipo en España. "La alternativa es irme a Brasil, pero preferiría quedarme en España", dijo.