El Celta está encontrando graves problemas para rematar algunas de las operaciones que tenía abiertas para reforzar su plantel. Hace unos días se le escurría entre las manos el fichaje del defensa central del Sevilla Manuel Toribio, Lolo, y en las últimas horas ha visto como se frustraban las contrataciones de los dos futbolistas que el club pretendía para fornecer su banda izquierda: el mallorquinsta Antonio Androver, Tuni, y Marcos García Barreno, Marquitos, del Villarreal, que jugarán cedidos, respectivamente, en el Hércules de Alicante y la Real Sociedad.

El cuadro celeste tenía apalabrada con el Sevilla la cesión de Lolo, pero el Málaga se inmiscuyó a última hora en la operación y el jugador optó por jugar la próxima temporada en Primera División. Un peaje habitual en Segunda División que ha dado al traste ya con muchas operaciones desde el pasado verano.

Sin embargo, en el caso de Tuni y de Marquitos, el Celta ha sucumbido a la competencia de equipos de su mismo pelaje, que se han adelantado en operaciones que parecían bien encaminadas y en la que los futbolistas son los que han tenido la última palabra.

Ramón Martínez, director deportivo del Celta, reveló el pasado jueves durante la presentación del argelino Kamel Ghilas que el club mantenía abiertas negociaciones con seis futbolistas. Dos de ellas acaban de irse al garete y no es descabellado que podría frustrase la del delantero balear Víctor Casadesús, cuya cesión también pretende el conjunto de Balaídos.

Los principales competidores del Celta por hacerse con el préstamo del artillero del Mallorca son precisamente el Hércules de Alicante y la Real Sociedad, que ya arrebató al equipo vigués a Víctor enero pasado, durante la reapertura invernal del mercado.

El fichaje de Tuni por el Hércules de Alicante parece haber frustrado también la posibilidad de que Rubén González acabe en el Mallorca. Por un lado, el club balear ofrece al jugador un salario bastante más bajo del que ahora percibe en Vigo; por otro, el Celta es más remiso a desprenderse de Rubén después de que se frustrase la contratación de Lolo. La posición de central es siempre delicada de cubrir y más para un club en las dificultades financieras del conjunto que preside Carlos Mouriño.

Otro de los defensas centrales pretendidos por el Celta, Manuel Tena, del Getafe firmó ayer por dos temporadas con el Rayo Vallecano, un recién ascendido a Segunda División. En este caso parecen haber pesado más las circunstancias personales del jugador, que deseaba seguir residiendo en Madrid, que las económicas.

Dieciséis jugadores

En resumidas cuentas, va a ser sumamente complicado para el Celta cumplir con el objetivo marcado de llegar a finales de este mes a la concentración de Melgaço con un noventa por ciento de la plantilla cerrada. Descartados Antonio Guayre y Matías Lequi, que no entran en los planes del club y harán la pretemporada apartados del grupo, Pepe Murcia cuenta con 16 jugadores en nómina (más ocho del filial) para iniciar los entrenamientos el próximo lunes. Se precisan, por tanto, siete fichajes para completar los 22 jugadores que el técnico quiere tener en nómina el próximo curso: un defensa central, un lateral izquierdo, un volante derecho, dos volantes zurdos y uno o dos delanteros en función de la continuidad o no de Jesús Perera.

Las posiciones más problemáticas de reforzar son las del punta (para el que el Celta podría reservar una de las plazas de extranjero) y los dos centrocampistas de banda después de que fracasase el intento de incorporar a Tuni y a Marquitos.