Carlos de Torres / Foix

El noruego Kurt Asle Arvesen, del CSC, se anotó en un reducido sprint de tres corredores la undécima etapa del Tour de Francia disputada entre Lannemezan y Foix, de 167,5 kilómetros, marcada por un nuevo escándalo de dopaje protagonizado por el español Moisés Dueñas (Barloworld) y por la desidia del pelotón, que llegó a meta a más de 14 minutos del ganador.

Pero Óscar Pereiro también tuvo su momento de protagonismo. El ganador del Tour de 2006 y que recordó al ciclista de 2005, cuando militaba en el Phonak y fue elegido ciclista combativo de esa edición. Con iniciativa, el gallego sufrió en solitario en la ascensión al Portel, en terreno de nadie y sin una finalidad evidente más que la de dejarse ver y recuperar sensaciones para intentos futuros. Gozó de dos minutos sobre el pelotón, pero finalmente terminó siendo engullido.

Arvesen, campeón de noruega, de 33 años y uno de los mejores ayudantes de Carlos Sastre en el llano, ganó el pulso al suizo Martin Elmiger (Ag2r) y al italiano Alessandro Ballan (Lampre), que dieron tiempo al grupo de 12 escapados que animaron la somnolienta etapa de transición.

El pelotón, a ritmo de cicloturismo, se presentó bajó un sol de justicia a 14.51, con el noruego Thor Hushovd a la cabeza y Freire en las primeras plazas del esprint secundario con su flamante maillot verde. La general no se inmutó, no se espera que lo haga hasta los Alpes ya que el Tour entra en zona plana. Cadel Evans mantuvo el maillot amarillo sin agobio alguno. Si acaso, el de soportar el calor. Le sigue Frank Schleck (CSC) a un segundo y tercero es el estadounidense Vandevelde (Garmin).

Tranquilidad en el pelotón después de las etapas pirenaicas y de la jornada de reposo. De ahí que algunos disconformes tomaran la iniciativa para romper el orden. Fueron una docena de corredores, entre ellos un hombre de Sastre, el veterano Arvesen, y otro del Rabobank de Menchov, el belga Moerenhout. También se metió el francés Moinard (Cofidis), un anónimo corredor que pasó a la pequeña historia del Tour al ser el primero en coronar el puerto inédito del Portel.

Moinard abandonó el grupo de escapados para pasar con 1.50 minutos sobre sus perseguidores. Mientras, en el grupo de la alta jerarquía, Pereiro salió disparado en busca de enlazar con la cabeza. Ataque lejano, una apuesta arriesgada, pero el de Mos ya dijo que quería que sonara su nombre, y al menos, lo intentó. Fue absorbido a 6 kilómetros de meta. También fue neutralizado Moinard, y los componentes de la fuga se disputaron la victoria. Tras unos cuantos tirones y alternativas, Arvesen, Elmiger y Ballan se proyectaron en la recta de llegada en busca de la gloria, que fue para el noruego.