El Concurso Internacional de tenis de Vigo puede presumir que el campeón en el cuadro individual en el año 2002 fue un joven de sólo 16 años llamado Rafael Nadal. El de Manacor ya despuntaba en el tenis desde muy joven, y los vigueses tuvieron la oportunidad de disfrutar de su juego cuando daba sus primeros pasos en el circuito de la ATP.

Antonio Santorio, presidente de la Federación Gallega de Tenis, recuerda que en aquel momento "Rafa no venía como favorito, aunque ya había destacado. La figura era su amigo Tomeu. Sin embargo, y ante la sorpresa de todos, aquel joven superó todas las adversidades y se llevó el título".

El tenista mallorquín ya mostraba su devoción por el mítico campeonato británico en aquel momento."Mi torneo favorito es Wimbledon", afirmaba el jugador, que venía de alcanzar las semifinales en el All England Tennis Club en la categoría sub-18.

Fernando Rey, director del torneo vigués por aquel entonces, comenta que Rafa declaraba al levantar el trofeo de campeón que le gustaría "volver el año que viene". Esta promesa evidentemente no la pudo cumplir, pues un año después ya estaba luchando con los mejores del mundo y en lo alto de la ATP.

El paso de Rafa por el torneo vigués dejó una huella imborrable para los que le pudieron ver en directo. Antonio Santorio recuerda que "su triunfo aquí fue impresionante. El propio Marat Safin, que destacaba mucho en sus primeros años, no pudo hacerse con el título, pero Nadal tuvo el coraje para lograrlo".

Fernando Rey no duda en afirmar que "en aquel momento fue el mejor jugador de su edad que yo había visto, sin duda".

El propio Rey destacó por encima de todo la tremenda progresión que ha experimentado el joven manacorí en los aspectos más débiles de su juego. "Yo al principio lo veía como a Jimmy Connors, un excelente jugador pero con problemas con el servicio. Sin embargo, tiene un nivel de disciplina y una mentalidad tan fuerte que ha dado un tremendo salto de calidad", concluye el vigués.

El presidente de la Federación Gallega de Tenis tuvo la fortuna de coincidir con Rafa durante la disputa de una eliminatoria de Copa Davis en Bratislava. A la pregunta sobre su participación en el torneo vigués, Nadal aseguraba tener "muy gratos recuerdos" de la ciudad. "Guardo un recuerdo muy grato de Vigo y de aquel torneo. Me lo pasé muy bien y me sentí a gusto en mi estancia allí", comentaba el campeón de Wimbledon.

El mejor tenista gallego de la historia reciente, Óscar Burrieza, afirma de modo concluyente que "Nadal tiene una cabeza priviliegiada. Federer no puede con la táctica y la cabeza que utiliza en cada momento". Aunque destaque por ser una fuerza de la naturaleza y por una capacidad física imponente, la virtud que le ha llevado a alcanzar tan altas cotas es su capacidad mental. Además, el manacorí tiene una facilidad inusitada para superar el dolor. De hecho, hemos podido saber que ha jugado infiltrado durante las tres últimas rondas del gran torneo londinense.

El aspecto humano también juega a favor de Nadal. Burrieza comenta que "es un gran ejemplo para todos. Nunca se le ve un mal gesto sobre la cancha, y nadie le ha visto en los años que lleva tirar nunca una raqueta, ni siquiera cuando era un adoloescente. Tiene, además, una gran ambición".

Esa capacidad de concentración y mentalización durante los partidos importantes ya se vislumbraba en aquel joven de 16 años que triunfó en el Club de Campo del Bao. La final del 2002 ante el argentino Antonio Pastorino, que supuso el segundo título del balear en el circuito profesional, tuvo varias similitudes con la que vivimos el domingo en Inglaterra. El duelo se suspendió en dos ocasiones por aquel entonces, una vez por la luz y otra por la lluvia. Además, Nadal tuvo que superar a un rival que le superaba en experiencia y que practicó su mejor tenis. Después de perder el set inicial, el joven Rafa se impuso en los dos siguientes, todos ellos muy equilibrados.

Aquella fue la primera y única aparición de Rafael Nadal en Galicia. Las imágenes del que se ha convertido en el mejor tenista español de todos los tiempos quedarán en la retina de los numerosos vigueses que tuvieron la fortuna de presenciar aquel torneo.