La siguiente conversación entre el periodista y el propietario de la aerolínea Privilege Style tuvo lugar hace ahora una semana:

-¿Cómo va la Eurocopa?

-Bien, bien... El próximo lunes traeré al equipo campeón de vuelta.

-¿Seguro?

-Ya verás como sí.

Dicho y hecho. El ourensano Chema Álvarez lleva diecisiete años organizando los vuelos de la selección española de fútbol y de los equipos más selectos de la Liga nacional, aunque este último viaje ha sido el más importante de toda su vida: "No puedo ocultar que estuve toda la noche sin dormir, cuidando hasta el más mínimo detalle". En eso se incluye también el baile de la Macarena con el que sus azafatas obsequiaron a los vencedores de la Eurocopa.

La del pasado lunes fue la quinta vez que un avión suyo transportaba una copa. Antes trajeron la de la UEFA que el Valencia conquistó en Göteborg, la de la Champions que el Real Madrid logró en París, la del Rey que el Deportivo de A Coruña ganó en Madrid, y la última del Valencia en Getafe. Pero esta ocasión fue diferente, y no sólo por la importancia del trofeo: "La del lunes fue la primera vez que transporté al equipo nacional en mi propia compañía aérea: Privilege Style".

Hasta entonces, Álvarez había organizado los vuelos en aviones alquilados a través del broker de su propiedad Empty Leg, uno de los más importantes de Europa y que tiene su sede central en Palma de Mallorca.

Este empresario confiesa que el traslado de la selección a Suiza ha sido uno de los viajes más complicados que ha tenido que afrontar en sus veinte años de experiencia. "Nos tocó la peor sede, Innsbrück, y no lo digo por el lugar, que es un paraíso, sino porque su aeropuerto es el segundo más peligroso del mundo después del de Katmandú (Nepal)", argumenta.

Para asegurar el éxito del vuelo, Álvarez envió a sus diecisiete pilotos a Londres a realizar pruebas de aterrizaje y despegue en un simulador con un realismo cercano al 100 por cien. "En total realizaron 57 maniobras con éxito", apunta.

El 1 de junio, los dos Boeing 757 de Privilege Style fueron decorados con los colores y la camiseta de la selección. "Para el traslado del equipo elegimos el bautizado como Milagros Díaz, en honor a mi madre, que falleció hace dos años", relata. Cuatro días más tarde, la selección partía desde Santander rumbo a Innsbrück.

"El vuelo de ida lo dediqué por megafonía al doctor Genaro Borrás, a quien echamos muchísimo de menos en la lista de pasajeros. Era una gran persona y un buen amigo mío, además de un hombre muy querido en el ambiente futbolístico", recuerda.

Una vez el equipo estuvo establecido en Innsbrück, Privilege efectuó cada día un vuelo de ida y vuelta a Madrid, trasladando a invitados de la Federación Española de Fútbol y "a otros VIPs". De hecho, durante toda la Eurocopa se realizaron treinta vuelos, incluidos cuatro desde Lisboa cuando jugaba Portugal. "Los portugueses se sorprendían mucho cuando, al llegar el avión, se encontraban conque estaba decorado con los colores de la selección Española", bromea. "Aunque después de unas carcajadas -continúa- y un nos vemos en la final accedían a bordo y emprendían vuelo a Suiza, que fue donde jugó su selección".

El vuelo de vuelta representaba el mayor reto para Álvarez por la repercusión mediática que iba a tener. "La responsabilidad era máxima, saldríamos en todos los medios de comunicación; me jugaba el prestigio de la compañía y el mío propio", argumenta. La noche anterior al regreso, ya ganadores, este empresario ordenó colocar la palabra CAMPEONES en el fuselaje del avión. "El resto ya lo habrás visto en la televisión, incluida la Macarena que nuestras azafatas bailaron para el equipo", bromea. El Boeing tomó tierra en Madrid con sólo doce minutos de retraso. Misión cumplida: "Cuando algo se hace bien, siempre sale bien".