Arropado por todos sus compañeros y del entrenador Luis Aragonés, el que ha sido nombrado mejor portero del campeonato, recibió el mayor homenaje de la tarde cuando levantó la copa que España no conseguía desde el año 1964, cuando ganó en la final a Rusia gracias a un gol de Marcelino.

Antes, los protagonistas del mayor éxito cosechado en los últimos tiempos por el fútbol español aparecieron en un autobús descapotable dando saltos entre los vítores de los aficionados que arroparon con calor a sus ídolos. Muchos llevaban desde las cinco de la tarde aguantando el bochorno para conseguir ver a los héroes de Viena más de cerca.