J. Lorente y R. Morales / Viena

Fernando Torres afronta con una firme madurez la cita más importante de su carrera y una fecha histórica para España, que aspira a ganar una final continental 44 años después, cuando un gol de Marcelino Martínez condujo a la gloria. El Niño sueña con imitarlo e inscribir su nombre para siempre en la leyenda española. A su timidez habitual, Fernando ha añadido una sensatez que transmite en cada una de sus respuestas. Cariñoso. Tranquilo, a pesar de contar las horas para la gran final, y muy seguro .

-¿Cómo palpita su corazón horas antes de la final?

-La verdad es que nosotros mismos sabemos la importancia que tiene lo que hemos hecho pero, al estar tan aislados y lejos de casa, no nos damos cuenta de lo que se está viviendo en España. Vemos imágenes que nos llaman la atención, como está el país volcado. La gente, amigos que te llaman y te dicen que no puedes imaginar cómo están, pero hasta que no lleguemos no nos vamos a dar cuenta de lo que ha supuesto para todo el país este campeonato.

- ¿Está ante el partido más importante de su vida?

-Está claro. Para mí este momento, después de una temporada muy buena con mi equipo, en la que me quedé en las semifinales de Champions, tenía esa espina clavada de, por lo menos, jugar la final de otro gran campeonato. Me puedo sacar esa espina si ganamos. Si no, me habré quedado a las puertas pero ya tendré las sensaciones que buscan todos los futbolistas, estar en los partidos importantes. Es lo que siempre he pedido y en un año he tenido la suerte de estar cerca de ganar una y ahora más cerca aún de otra más importante.

-¿Qué daría por marcar el gol de una final que ha soñado?

-Daría cualquier cosa. Sabemos el cariño, la admiración que nos tiene ahora la afición, igual que nosotros a ella. Después de aquel gol de Marcelino, que todo el mundo recuerda, su nombre está en la memoria de todos los españoles muchísimo tiempo porque hizo el gol de la final. Ojalá ahora lo marque yo. Aunque también firmo ganar sin marcar. Queremos pasar a la historia como grupo. Es el secreto de este equipo, por encima de las individualidades, que cada día pudo surgir una, ha estado el bloque.

-Ha encontrado en Villa una pareja ideal y será baja en la final, ¿le echará de menos España y en especial Torres?

-Auque el nivel de la selección no baja cuando falta un jugador, sí, porque es importantísimo para nosotros. Lo ha demostrado. Es un añadido más que tenemos para ganar. Tenemos mucha gente para acordarnos tras la final. Primero, nuestro entrenador, que lo ha pasado mal; muchos jugadores, en especial Villa, que no podrá jugar; el doctor Genaro Borrás, a quien queremos dar esa alegría que tanto tiempo buscó. Estamos a un paso de dedicarle el título. Poniéndome en la piel de Villa, veo que es un momento muy complicado sentir la impotencia de no poder ayudar y más al nivel que está jugando. Le necesitábamos más que nunca.

-Ha tenido menos gol que en el Livepool, ¿es culpa del sistema o del estilo de juego de España?

-Aquí se me piden otras cosas que en el Liverpool, donde tengo que estar mucho más en el área. Con España tengo que caer a las bandas, bajar entre líneas a tocar con los centrocampistas. Es un trabajo distinto. Al estar menos en el área tengo menos oportunidades pero estoy contento con el trabajo que he hecho y me queda un partido que va a ser especial para mí.

- Por su historia, ¿es Alemania el peor rival para una final?

-Creo que es el rival más bonito que nos podía tocar en un partido como este.