España, por tanto, luchará el próximo domingo, a partir de las 20:45 horas en el Ernst Happel de Viena, por la segunda Eurocopa de su historia después del título conseguido en 1964. Será además la tercera final que dispute después de la que perdió en París ante Francia en 1984.

El cuadro nacional solventó el partido en una sensacional segunda parte, especialmente después de que Xavi abriese el marcador a los cinco minutos de la reanudación tras golpear un centro de Iniesta. Luego Cesc Fabregas tomaría el relevo del centrocampista azulgrana y ofreció dos grandes asistencias para que primero Güiza y más tarde Silva redondearan un marcador histórico para España.

España, que se mantiene invicta en la competición, llega a la final ante Alemania sin haber encajado un gol ni en cuartos ni en semifinales y ofreciendo sobre todo un recital de fútbol de toque y asociación, así como una gran solidez en el eje de la zaga.