Cesc Fábregas, que convirtió el penalti decisivo que eliminó a Italia y clasificó a España para las semifinales de la Eurocopa 2008, aseguró que han ido "a ser campeones, no a acabar con la maldición de cuartos". El catalán desveló que no tiraba un penalti desde que militaba, hace seis años, en el Barcelona B.

Cesc recordó que jugaba en el cadete A del Barcelona cuando tiró su último penalti en un partido oficial. Nunca desde entonces ni en el Arsenal ni en la selección española, en ninguna de sus categorías, lo había hecho hasta la hora de la verdad ante Italia.

Por eso, el centrocampista español agradeció la confianza que le transmite Luis Aragonés al elegirle como el lanzador del quinto penalti, el decisivo. "En los entrenamientos normalmente tiro los penaltis por el lado que se tiró Buffon pero, la verdad, es que es mi primer penalti en un partido desde que tengo 15 años. Esperé más de lo normal para que se tirará, lo hizo antes de hora y pude cambiar el lado. Fue un poco de fortuna", dice Cesc.

Cesc, que ha pasado malos momentos en la Eurocopa por su suplencia y al jugar en demarcaciones en las que no está cómodo, dejó una de las imágenes del partido hablando consigo mismo cuando iba a lanzar. "Me decía que no podía fallar. Para mucha gente ha sido difícil confiar en mí, pero sabía que era un momento que te da la vida para demostrar lo que quería, que se podía confiar en mí y que en los momentos importantes también puedo tirar del equipo", agregó.

"Se ha hablado mucho de mi suplencia, de mi rendimiento y se que a lo mejor un gol no significa nada, pero para mí, ese penalti significa muchísimo", destacó.

Cesc compareció ante los medios de comunicación visiblemente feliz. Satisfecho por responder a la confianza de Aragonés. "Hemos venido a ser campeones, no a pasar de cuartos de final a pesar de que se hable de la maldición de cuartos. Hemos venido a entrar en la historia de los más grandes y se consigue ganando la Eurocopa", manifestó.

Para Cesc fue importante entrar a jugar en su posición natural. "Quería ganar por el equipo y cuando entré me sentí cómodo, en mi posición, recibiendo atrás la pelota, dando paredes, llegando por sorpresa desde atrás. Me sentí bastante cómodo. Con jugadores como estos todo es más fácil".

Tras desear que la fiesta siga el domingo, en la final, avisó del peligro de las semifinales ante Rusia. "Si la gente piensa que va a ser el mismo rival que el primer partido están muy equivocados, saldríamos perdiendo 1-0. Rusia es una selección muy completa, con buenos jugadores que juegan al ataque, son jóvenes, quieren y tienen ganas de ganar. Me recuerdan a España por ambición, por demostrar que son capaces de ganar. Va a ser un partido bonito. Esperemos que estemos a la altura y pasemos a la final".