César Toldrá / basilea (suiza)

Guus Hiddink cumplió su amenaza y no le tembló el pulso para liderar a Rusia y tumbar a Holanda, y espera ahora a España decidido a tomarse la revancha del encuentro de la fase previa. Hiddink, un trotamundos del fútbol, parece tocado por una varita mágica que garantiza el éxito. Y ahora piensa en ruso. "La verdad es que no recuerdo la letra completa del himno holandés y del de Rusia me encanta la melodía. Como soy considerado un traidor, creo que entonaré entonces el himno ruso", advirtió el viernes Hiddink, quien ratificó sus intenciones el sábado con un nuevo éxito al frente de una selección nacional.

Después de deslumbrar en la primera fase, Holanda afrontaba el partido ante los rusos como un paso más hacia la final, pero se encontró con un equipo que copió sus virtudes y además exhibió una disciplina que se le atragantó al equipo de Marco van Basten.

El resumen del técnico de Varsseveld tras el partido fue perfecto: "Hemos sido mejores técnica, táctica y físicamente". Y es que el concepto de 'fútbol total' que acuñó precisamente la selección holandesa de los 70 surgió de las botas de los jugadores rusos. Con Andrei Arshavin como abanderado, Rusia cuenta con un gran bloque y un puñado de futbolistas de calidad que han protagonizado una trayectoria al alza desde que España les goleara en el primer partido del torneo. Rusia se movió con un ritmo arrollador, fruto de un físico envidiable, y con toque y velocidad, liquidó a una atónita Holanda. España debe aprender de los errores de los holandeses.