El Celta presentará el lunes en el Juzgado de lo Mercantil de Pontevedra la solicitud para acogerse voluntariamente al procedimiento concursal sin haber llegado a un acuerdo con Caixanova, su principal acreedor, con el que negocia a contrarreloj una solución pactada que permita la viabilidad de la entidad.

El tiempo corre en contra del club que preside Carlos Mouriño que, salvo que logre un acuerdo relámpago en las próximas 48 horas, se acogerá a la Ley Concursal sin haber alcanzado un pacto con la entidad crediticia. El motivo de tanta premura es que el juez admita a trámite el la solicitud de entrada en el proceso antes del próximo día 30 para evitarse, de este modo, tener que hacer frente a posibles denuncias por impago a los jugadores. El próximo día 30, fecha en que concluye oficialmente la temporada, se abre el plazo de de presentación de denuncias ante la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE). Si el club no hace frente a posibles impagos, se vería abocado a un descenso administrativo. Tal posibilidad se evita si el club se acoge a la Ley Concursal, que convierte a los jugadores en acreedores y permite una quita de hasta el cincuenta por ciento de la deuda y un tiempo máximo de espera de cinco años.

El hecho de que el Celta acuda a la Ley Concursal sin un pacto con Caixanova no implica que éste no pueda alcanzarse en las próximas semanas, ya que la constitución del convenio de acreedores puede demorarse todavía algún tiempo.

El acuerdo con la entidad crediticia es, sin embargo, imprescindible para poner en marcha el plan de viabilidad. Para que se constituya el convenio de acreedores es necesaria la inclusión del 51 por ciento de los créditos comunes. Si finalmente no llegase a constituirse el convenio, se procedería a la liquidación de la sociedad, esto es, se establecería el activo del club (el capital y los bienes de que dispusiese) y se liquidaría hasta donde fuese posible. En este hipotético caso, el Celta desaparecería.