Cuatro años después, Grecia y España se vuelven a ver las caras en un partido de la Eurocopa, aunque en circunstancias diferentes.

El 16 de junio de 2004, en Oporto, Griegos y españoles se enfrentaron en el segundo encuentro de la fase de grupos, al que ambos llegaron con una victoria en el estreno. España, que fue de más a menos, lo había hecho ante Rusia, mientras que Grecia había pegado el bombazo inicial de Portugal 2004 al vencer a los anfitriones.

Grecia fue de tapado en la edición precedente de la copa de Europa de naciones. Lo ocurrió lo contrario que a España, y fue subiendo su rendimiento cada jornada hasta plantarse en la final, en la que volvió a doblegar a Portugal, dejando a un país, que ya festejaba el título, inmerso en una depresión.

El duelo que ambas selecciones mantuvieron concluyó con empate a un tanto. Fernando Morientes adelantó a los entonces dirigidos por Iñaki Sáez en el minuto 28, tras recibir un taconazo de Raúl dentro del área, y Charisteas igualó en el minuto 66 al batir a Iker Casillas de un disparo con la pierna izquierda.

España jugó bien ese encuentro, pero no fue capaz de traducir la brillantez en un resultado favorable y el empate le supuso el jugárselo todo en el último partido de la primera fase, que perdió 1-0 ante Portugal en Lisboa, por lo que tuvo que marcharse a casa en uno de los fracasos más sonados de su historia.

España formó en Portugal 2004 ante Grecia con: Casillas, Puyol, Helguera, Marchena, Raúl Bravo; Etxeberría, Albelda, Baraja, Vicente, Raúl y Morientes.

Joaquín entró por Etxeberría en el minuto 46, Valerón lo hizo por Morientes en el 65 y Fernando Torres por Raúl e el 80. Tras el torneo, Iñaki Sáez fue relevado en el banquillo por Luis Aragonés y España venció a Grecia en un partido amistoso disputado en Salónica en agosto (3-2), con un césped horroroso, que mereció las quejas del cuerpo técnico español. Desde entonces, muchas cosas han cambiado en la "roja", que adoleció durante la etapa de Sáez de un esquema de juego definido y que le identificase.

Con Luis, España juega la pelota, le gusta tener la posesión del esférico y posee una línea de centrocampistas y dos puntas de lo más poderoso de Europa. Aragonés tiene dos alternativas, el dibujo 4-1-4-1 con un sólo delantero y el utilizado hasta el momento en Austria, el 4-4-2, con Torres y Villa como referencias en ataque. España llega esta vez al encuentro ante Grecia con los deberes hechos y la clasificación para cuartos como primera de grupo en el bolsillo, mientras que los griegos ya están eliminados y no podrán defender el título que tan brillantemente ganaron en Portugal.

La de mañana, será la décima ocasión en la que España se enfrentará a los helenos. En las nueve anteriores, el balance es muy favorable para la selección, que obtuvo 6 victorias, dos empates, el registrado en Portugal hace cuatro años y otro en Salónica en 1972, y una sola derrota, la que sufrió en Zaragoza el 7 de junio de 2003.