El presidente del Celta, Carlos Mouriño, dedicó buena parte del día de ayer a explicar las razones e implicaciones de la decisión del consejo de recurrir a la Ley Concursal. Mouriño espera cerrar pronto el acuerdo con Caixanova, el principal acreedor del club, y dibuja su objetivo personal: "Cuando yo no esté dentro de cinco años, que quede el club saneado".

El Celta inicia ahora una senda larga y compleja. Los responsables económicos esperan presentar en un plazo de 15 o 20 días toda la documentación necesaria para solicitar el proceso concursal en el Juzgado de lo Mercantil de Pontevedra. El juez decidirá si acepta, lo que es seguro. Al tratarse de un concurso voluntario, los actuales gestores podrán seguir dirigiendo el club pero bajo la fiscalización de tres administradores judiciales: un abogado y dos auditores (uno de ellos, representando a los acreedores).

En el momento en que se inicie el proceso judicial quedarán paralizados todos los embargos y se congelan las deudas, aunque a partir de ese día el Celta sí tendrá que cumplir de forma escrupulosa con los pagos que se le vayan presentando. Aunque haya denuncias de los jugadores ante la AFE, el Celta no descenderá de categoría.

La última palabra

Es probable que el Celta acuda a un expediente de regulación de empleo, que puede afectar tanto a los jugadores como al personal no deportivo. Con otros podrá negociar rebajas salariales. Es la empresa la que decide con quién cuenta aunque, como en todo, con la aprobación final del juez.

Con el tiempo se elaborará una lista de acreedores, a los que se dividirá en privilegiados y comunes. Los comunes podrán votar si aceptan el plan de viabilidad que se les propone (la quita de deuda puede alcanzar el 50 por ciento). Si lo aprueba el 51 por ciento (en función de la cantidad que se les debe), lo que en este caso depende fundamentalmente de Caixanova, arranca el calendario de pagos que en un plazo máximo de 5 años debe sanear las cuentas. Puede lograrlo y salvarse, o fracasar y desaparecer.

Y Mouriño apuesta por ese primer supuesto cuando afirma que dentro de cinco años ya no será el presidente del Celta y le dejará a su sucesor un club con buena salud económica. Lo afirmó en su intervención radiofónica en Radio Vigo. "Hablamos de un presente complicado para hablar después de un futuro de esperanza", comentó por la noche en Localia. "Hemos tomado esta decisión (recurrir a la Ley Concursal) con responsabilidad y buscando la seguridad de un futuro más cierto. Puede gustar o no, pero se toma pensando que es la mejor solución y la que menos riesgos tiene". Anuncia que así el club "logrará la seguridad económica que le permita hacer un gran equipo".

El mandatario menciona que cuando tomó el mando se encontró con "un problema técnico, de contabilidad. Teníamos 45 millones más de deuda que lo que se había dicho", lo que constituía "causa de disolución". Por eso hizo que la asamblea de accionistas aprobase una ampliación de capital de 50 millones. "Pero tras hablar con muchas personas vimos que había riesgo de que no se cubriese. Por eso decidimos ir primero a la Concursal y después a la ampliación". Será entonces cuando él inyecte 15 millones de euros.

Indica que el plan de viabilidad en el que han trabajado "cubre también los problemas de liquidez y nos da solvencia inmediata. En dos años podemos tener las finanzas saneadas. En cuatro o cinco reduciremos las deudas exclusivamente a las actas de Hacienda, que se sitúan en 17 millones".

Otro plazo: "El Celta, en tres años, no tiene la necesidad acuciante de ascender. Eso no significa que no hagamos un equipo para lograrlo". De hecho, "el Celta seguirá teniendo un 80 por ciento de presupuesto más que los equipos de la misma división. No será por dinero que no hagamos una buena campaña". Fichajes de gente cotizada como Trashorras son posibles porque "no establecemos un tope para cada jugador, sino una media en la plantilla". Y resume su filosofía deportiva: "Pensamos más en hacer un conjunto que en tener grandes individualidades".

"No hemos esperado a que se agotase el tiempo", comenta Mouriño, que pronostica que muchos equipos seguirán el camino céltico: "La crisis está ahí. Se ocultan, se manejan los balances... Es un grave error".

Agradece la colaboración del Concello y finaliza con un mensaje a los aficionados: "Me gustaría que la afición no se excluyese de este plan. No queremos que nos perdonen los errores que hemos cometido en la parte deportiva, no pedimos su confianza, sino que apoyen al Celta".