El Celta acudirá a la Ley Concursal con el apoyo casi unánime del consejo de administración. En esta decisión todos han dado su apoyo a Carlos Mouriño,a excepción de Raúl López. Éste fue uno de los tres consejeros que estuvo ausente en la reunión celebrada el lunes en la sede de Plaza de España. Además, no se manifestó sobre el proceso que ha decidido iniciar el club como tabla de salvación ante la grave situación económica que padece. Los otros dos compañeros que tampoco acudieron a la cita -María Xosé Sixto dda Vila y Primitivo Ferro- sí delegaron su voto a favor de este concurso de acreedores. Con este acuerdo casi unánime, la directiva que preside Mouriño cerraba un proceso de deliberaciones y análisis que se prolongó durante los últimos meses.

En ese clima de sintonía con el presidente del Celta se desarrolló la reunión del lunes, de casi tres horas de duración, en las que los consejeros se fueron convencidos de que es la "solución más viable", según apuntaba ayer uno de ellos. Expresiones como "vamos a salvar al Celta", "era la única solución: o ésto o la desaparición del Celta" o "nadie quería llegar a ésto pero resultaba inevitable ante las deudas contraídas con anteriores" surgieron de los miembros de un consejo que afronta unido un proceso que implica la intervención judicial en la contabilidad de la entidad deportiva.

Una vez tomada la decisión de autorizar a Carlos Mouriño que solicite la aplicación de la Ley Concursal, los primeros consejeros en abandonar la sede del Celta fueron Pedro Posada y Carmen Avendaño. Los más allegados al presidente abandonaron el chalet de la Plaza de España pasada la una de la madruga, convencidos de que el proceso que ahora se abre es la vía más segura para sanear las cuentas de un club con una deuda bruta que alcanza los 84 millones de euros.