La historia se repitió veinticuatro horas después en Santa Comba. Sólo cambió el protagonista y la forma de conseguir el triunfo. Raúl García de Mateos se impuso en solitario en la línea de meta de la capital del Xallas tras rodar desde el tercer kilómetro de la etapa en fuga y desde el cuarenta en solitario. Enorme el esfuerzo realizado por el manchego para poder demostrar en la línea de meta que había sido el mejor de la etapa. Tanto que por momentos fue líder virtual de la carrera y con margen de más de cuatro minutos, en detrimento de su compañero de equipo Óscar García Casarrubios. Pero al final el trabajo y el tesón le sirvieron para poder celebrar únicamente, pero con tranquilidad, la segunda victoria consecutiva para el Supermercados Froiz en la Volta a Galicia.

Los puertos de montaña, el viento y la diferencia de temperaturas entre el sur y el norte de la comunidad estuvieron a punto de dar al traste con el trabajo denodado de García de Mateos a lo largo del día. Por detrás los movimientos fueron constantes y sus compañeros en la fuga inicial del día tabién rodaron buena parte de la jornada por delante del pelotón.

Pero el ritmo intensivo de los de atrás les sirvió para, poco a poco, ir tirando abajo todos los intentos que se habían producido y que habían conseguido ventajas serias en la cabeza de carrera. Como veinticuatro horas antes, el líder de la vuelta tenía varias cosas que celebrar. Primero que nada cambiaba en la clasificación general, sólo que su compañero Raúl se colaba en la cuarta posición a un minuto cuatro segundos. Segundo que, otra vez, un corredor del Froiz se había llevado la etapa. Y tercero, a diferencia de la tarde anterior, que en Santa Comba se iba a vestir de nuevo de amarillo en el día de su cumpleaños. Felicidad completa. La guinda a la tarta con veinticinco velas se la puede poner mañana en la última etapa de la Volta. Ciento veintiocho kilómetros entre Vilalba y Viveiro para conocer al ganador de la ronda gallega de 2008. Varios corredores tienen opciones, pero si en el ciclismo vale de algo el estado anímico a los corredores del Froiz y a García Casarrubios pocos les pueden ganar en optimismo y felicidad.