El Ayuntamiento de Vigo condicionó hoy su apoyo al plan de viabilidad del Real Club Celta a que éste cuente con el visto bueno de la principal acreedora del club, Caixanova, y a que "haya un planteamiento razonable y de sensibilidad por parte de la Hacienda Pública".

Así lo manifestó hoy el alcalde de la ciudad olívica, Abel Caballero, quien reconoció que el club vigués, que pretende acogerse a la ley concursal debido a su situación económica, está en una "situación complicada" y "necesita un proyecto económico nuevo".

Caballero recordó que la directiva del R.C. Celta se dirigió al Ayuntamiento para solicitar su apoyo con la adopción de tres medidas: la cesión de las instalaciones municipales durante 20 años (Balaídos, Barreiro y A Madroa), la cesión de los derechos de publicidad en estas instalaciones, y la gestión de los bares y locales comerciales, que ya se realiza "aunque sin título". A este respecto, el regidor vigués advirtió de que cualquier convenio entre el Ayuntamiento y el Celta está condicionado a que haya un acuerdo entre el club y Caixanova, que Hacienda sea receptiva a la nueva situación de la entidad, y que haya una ampliación de capital.

Proyecto ligado a Vigo

No obstante, el alcalde recalcó que cualquier proyecto que se plantee para el club ha de estar ligado a la ciudad, como lo ha estado el club hasta ahora y que "cualquier cambio de propiedad que no pareciese razonable significaría la suspensión del convenio".

Abel Caballero también matizó que este apoyo a R.C.Celta es independiente y no influye en la reforma del estadio municipal y, en ese sentido, recordó que es "incuestionable" que el campo de fútbol seguirá estando en Balaídos. Asimismo, aseveró que las negociaciones con el club a este respecto se llevarán a cabo desde la Concejalía de Patrimonio, dirigida por el socialista Carlos López Font.

"Negociación global"

Por su parte, el teniente de alcalde, Santiago Domínguez, apuntó la necesidad de que la ampliación en la cesión de las instalaciones se haga "dentro de un proyecto amplio de remodelación y en una negociación global", ya que, de lo contrario, "no tendría sentido un convenio".

Domínguez explicó, en declaraciones a los medios, que "no se puede trabajar sin poner encima de la mesa las contrapartidas que ofrece el R.C. Celta", aunque precisó que "la voluntad del BNG es ayudar al club".