Juanma Peña y Antonio Guayre tienen más similitudes de las que aparentan en un campo de fútbol. Uno es defensa y el otro, atacante. Uno es boliviano y el otro, canario. Pero un análisis más detallado revela que ambos compartieron vestuario en el Villarreal y que después coincidirían en el Celta, por el que ficharon con la ilusión de ganarse la titularidad pero las lesiones los relegaron al olvido, al que no estaban acostumbrados.

En pleno proceso de recuperación, Peña y Guayre quieren recuperarse y ofrecer el rendimiento deportivo que se les suponía cuando llegaron al Celta, después de obtener la carta de libertad del equipo castellonense. El atacante canario cuenta con un año más de contrato, aunque el club está dispuesto a negociar su salida para ahorrarse los elevados emolumentos que percibe. El defensa boliviano también posee una ficha alta, concluye su contrato el 30 de junio y demasiada veteranía (tiene 35 años). Pero no pierde la ilusión y le gustaría que el Celta ejerciese la opción de renovarle por un año más. Pide "revancha" para demostrar que es un jugador válido para el conjunto celeste.

Peña lamenta "la mala suerte" que le ha perseguido desde que llegó a Vigo: comenzó la temporada como titular pero una lesión en un hombro le llevó al quirófano, con cuatro meses de convalecencia. Después sufrió problemas musculares. Del último trata de recuperarse a tiempo para jugar alguno de los dos partidos que restan de temporada. Tras recaer, quiere tomárselo con calma. "No me quiero apresurar demasiado. Vamos a seguir con el tratamiento y dependerá de cómo me vea. Por ahora va bastente bien", explica al referirse a la rotura fibrilar del gemelo interno de la pierna izquierda que le obligó a abandonar el partido ante el Nástic a los 14 minutos de juego.

"La verdad es que este año he tenido muy mala suerte al llegar y lesionarme en la pretemporada. Eso ya hizo que empezase mal el año y ahora lo que quiero es recuperarme bien", relata el internacional boliviano.

Sin saber si podrá reaparecer, Peña reconoce que no ha mantenido contactos con la directiva céltica sobre su futuro, pero el zaguero se declara a favor de continuar en Vigo: "Estoy muy a gusto, muy ilusionado con el equipo y la ciudad. La situación este año ha sido bastante rara, tanto en lo personal como en lo colectivo, por lo que me gustaría tener una revancha", comenta en referencia a sus deseos de ampliar su relación con el equipo vigués.

Y en caso de iniciarse negociaciones, el jugador está dispuesto a ofrecer las máximas facilidades. "No sé lo que pensará el club. Por mi parte, no habrá ningún problema".

A continuación, Peña apunta que en el contrato existe una cláusula por la que el Celta puede renovarle por un año: "Si la quieren usar, seguramente me van a llamar para ponernos de acuerdo".

La campaña que está a punto de concluir la califica con un "mal, en general, porque nuestra intención era ascender y encontrarte en esta situación, incluso jugando alguna vez muy mal, no es bueno. Ahora lo importante es pensar en terminar la temporada de la mejor manera posible". Peña ya piensa más en el futuro, que no le importaría que estuviese ligado al Celta por otro año.

El vigésimo de la plantilla por minutos jugados

Peña se lesionó de un hombro en la pretemporada, pero aguantó con las molestias y el dolor hasta que disputó el sexto partido de Liga. Stoichkov confiaba en el boliviano, que formaba la pareja titular de centrales en el arranque del campeonato. La operación en el hombro le mantuvo lejos del primer equipo desde el 30 de septiembre hasta el 2 de marzo. Se despidió en Elche y reapareció en Balaídos ante el conjunto ilicitano. Una vuelta completa del campeonato liguero. "He jugado muy pocos partidos y en toda mi carrera no me había pasado ésto", admite un futbolista que acumula 367 partidos en Primera División durante las doce temporadas que jugó con el Valladolid y el Villarreal. Éste le concedió la baja el verano pasado después de una irregular temporada, en la que disputó seis encuentros. En el Celta suma once encuentros de Liga, contabilizando 818 minutos. Estos números le convierten en el vigésimo jugador de la plantilla en tiempo de juego. Un registro pobre para un internacional que el conjunto vigués contrató para apuntalar una defensa en proceso de renovación. En Plaza de España querían desprenderse de Lequi y de Contreras y armar el sistema defensivo con Peña y Rubén. La lesión de Peña obligó a rescatar a los proscritos.