"Antes me fijaba en los partidos de Steffi Graf, Lleyton Hewitt y sobre todo de Justine Henin, por su movilidad de pierna. Creo que voy a ver más partidos de ella para mejorar, pero ahora creo que tengo que fijarme en mí", dijo la grancanaria, que poco a poco se va haciendo a la realidad, y que hoy fue, tras la serbia Ana Ivanovic, la segunda jugadora en lograr esta ronda en París.

Tras lograr la victoria de hoy, la segunda ante una favorita, Carla levantó el puño en la Suzanne Lenglen y saludó a su entorno.

Allí estaba su entrenador Xavi Budó y su madre Loly. Luego, al firmar en una de las cámaras de televisión puso 1/4, su marca en París.

"Cada mañana pienso lo mismo y no varía nada de mis rutinas", dijo Carla. "Intento estar lo más relajada posible, porque si no los nervios se me agarran en la barriga", señaló.

Carla explicó que como otras jugadoras canarias tuvo que tomar la decisión, en su caso hace un año, de trasladarse a Barcelona, donde ahora se entrena con Xavi Budó. "Estoy allí muy contenta, pero no me olvido de la gente que en Gran Canaria me ha ayudado para que ahora esté aquí", dijo en clara alusión a su anterior entrenador, Alfonso Pérez Peñate, con quien rompió hace un año, de mutuo acuerdo, porque ella necesitaba encontrar alicientes nuevos.

"En Canarias tenemos una temperatura que nos permite entrenar casi todos los días. En la Península, hay una parte del año en la que hace frío, sobre todo para mí", bromeó Carla, "pero en las islas te quedas un poco limitada y hay que salir fuera".

Carla estaba convencida de que el partido de hoy contra Pennetta sería "algo más duro". "Estaba algo tensa al principio pero luego jugué más suelta, porque tras ganar el primer set ella disparó más bolas fuera y eso me dio más tranquilidad", añadió.

Carla relató que hubo un partido en la fase previa en la que pudo desaparecer. "Si no hubiera luchado un poco más entonces, no estaría aquí. Y ahora no voy a conformarme con nada menos".