El delantero del Celta Ioanni Okkas no ha querido perderse una de las celebraciones más importantes entre la comunidad de cristianos ortodoxos. Éstos acaban de celebrar el gran ayuno de Pascua, lo que para los más implicados en este credo supone abstenerse de ingerir alimentos como carne, productos lácteos, pescado y huevos durante varios días. A ello achacaban ayer desde el Celta los problemas intestinales que sufrió el futbolista antes y después del partido ante el Nástic. De hecho, ayer tuvo que abandonar el entrenamiento al sentirse indispuesto nuevamente.
A pesar de la distancia, Okkas no quiso perderse una de las celebraciones de la iglesia ortodoxa, que cuenta con unos 200 millones de fieles en todo el mundo, y compatibilizarla con la práctica deportiva profesional. El resultado de esta combinación de religión y de fútbol ha sido leve proceso de malestar que le impidió concluir el encuentro del pasado sábado, como reconoció el preparador físico del equipo, Pau Albertí: "Okkas tiene un proceso intestinal debido a su ayuno voluntario debido a la religión".
Durante una semana, según reconoció ayer el jugador a través del club, se abstuvo de consumir carne. Fue el único producto que por motivos religiosos retiró de su dieta habitual mientras se preparaba con el resto de la plantilla para disputar el encuentro ante el Nástic.
Cuando el equipo estaba concentrado la noche del viernes en un hotel de Tarragona, Okkas se sintió mal del estómago. El ariete chipriota se recuperó y al día siguiente aseguró que se encontraba en perfecto estado para jugar como titular frente al Nástic. Como la mayoría de sus compañeros, no realizó un buen encuentro y a los 69 minutos fue reemplazado por Perera, máximo goleador del equipo. "Le pasa a todos los jugadores que hacen ayuno: le bajan los niveles de fuerza y energía", sostiene Albertí.
Varios compañeros certificaron ayer desconocer que Okkas se hallase en periodo de ayuno. "Terminaba ayer [por el domingo] y todo hará que vuelva a su cauce normal", anunció el preparador físico.
