VITAL VIGO AMFIV 65 - 66 PÁDOVA MILLENIUM

VITAL VIGO AMFIV

Moncho (3), Olivier (10), Tedi (12), Lorenzo Envo (24), Lalo (10) -cinco inicial-, Cristian (4), Viki (2) y Alberto Abalde.

PÁDOVA MILLENIUM

Culea (3), Moukharik (19), Bargo (6), Giro (2), Cavagnini (32) -equipo titular-, Bernardis (2), Dal Fitto (2) y Ianin.

Parciales: 19-18, 18-13, 12-20, 16-15.

Árbitros: Cunosig (Serbia), Durakovic (Bosnia) y Mikheev (Rusia)

Incidencias: Partido de correspondiente a la final de la Willi Brinkmann Cup

S.E. / tuzla

En tan sólo 40 segundos el Vital Vigo pasó de la euforia al llanto. El tiempo que tardó el Pádova de Italia en remontar una diferencia de tres puntos. Eso le permitió conseguir una mínima ventaja (66-65) que fue suficiente para adjudicarse el título de campeón de la Copa Willi Brinkmann.

La derrota fue terriblemente dura para el conjunto vigués. Como explicaba el segundo entrenador, Suso Veiga, "a un minuto del final ganábamos de cuatro. Yo pensé que estaba hecho, que de ésta no se nos podía escapar". Pero de nuevo la historia se volvió a repetir como en Vigo hace tres años y la victoria se esfumó ante el duro equipo italiano.

Fue una gran final, que el Vital Vigo inició bien. Pero los italianos nunca se desmoronaron y fue quizás esa fuerza la que les ayudó a conseguir la victoria. En el segundo tiempo el Pádova logró coger al Vital Vigo y ponerse incluso por delante.

La final seguía abierta. Todavía quedaban diez minutos donde podía pasar de todo. A falta de 40 segundos para el final el equipo de Diego Núñez ganaba de tres (62-65). A partir de ahí se produjo la hecatombe. Lalo y Cristian se van a la calle tras recibir la quinta personal. Cavagnini, el verdugo de los vigueses, anota una canasta que todos daban por perdida. Tedi suma su quinta personal, al banquillo y tiro adicional para el Padova, que no anota en un primer momento, pero sí tras el rebote. Dos puntos más y ventaja de uno (66-65). Quedaban escasos segundos para el toque de bocina. Lorenzo Envo recibe el balón y a por él se van varios jugadores italianos. Intenta encestar pero la bocina echar por tierra las ilusiones de un equipo que de nuevo se queda a un paso de conseguir su sueño.

El subcampeonato es un título nada despreciable pero recibido en el seno del equipo con lágrimas. El regreso, hoy, será para ellos difícil. El presidente del club, Pablo Beiro, anima a sus jugadores: "No pasó nada, hay que volver a jugar otra final para ganarla. Está claro que si no las juegas nunca las vas a perder".