El Celta se muestra preocupado por la escasa afluencia de público a Balaídos en este tramo final de temporada, que considera consecuencia directa de la situación deportiva de un equipo que no ha cumplido con las expectativas marcadas por el club y la afición. El Celta trabaja en la búsqueda de iniciativas para reactivar el interés de la afición por el equipo, aunque considera que será difícil que recuperar espectadores en los cuatro encuentros que restan y, al igual que en la parcela deportiva, piensa más en el próximo ejercicio que en el presente.

Al mismo tiempo, el Celta considera que la miserable entrada registrada el pasado sábado frente al Hércules de Alicante, la peor que se recuerda en décadas, fue una situación coyuntural debido a una conjugación de factores y dudan que se repita. "Hubo varias cuestiones que pensamos que han influido decisivamente", explica Marian Mouriño, responsable de Proyección y Marketing del Celta, que añade: "El mal tiempo y el hecho de que el partido fuese televisado sin duda han influido, pero también ha sido decisivo el hecho de que el equipo se encuentre en tierra de nadie. La verdad era un día muy poco atractivo para ir al fútbol".

Apenas 4.894 espectadores siguieron el choque frente al Hércules. Esto representa apenas una tercera parte del total de abonados de la entidad, que ha quedado fijada en poco más de 14.000 tras la campaña de renovación de abonos anuales cerrada el pasado mes de febrero.

La media de asistencia de espectadores a Balaídos esta temporada es de 8.400 personas por encuentro, aunque no todos son del Celta, pues la masiva presencia de hinchas rivales en partidos como el jugado ante el Sporting de Gijón o el Racing de Ferrol aunque contribuido a incrementar ligeramente el promedio. Esto significa que casi la mitad de los socios del Celta han optado por dar la espalda al equipo a pesar de cumplir religiosamente con sus obligaciones pecuniarias como socio. "En realidad -señala Marian Mouriño- esto no es un fenómeno nuevo. Cuando el equipo estaba en Primera División el número de socios rondaba los 18.000 y sin embargo a los partidos no asistían normalmente más de 13.000 o 14.000 personas. Con el descenso a Segunda División este problema se ha acentuado, pero no es algo nuevo".