El Barcelona aún no quiere lanzar la toalla en la Liga y se aferra a un último instante para cobrar cierta moral en el campeonato, aprovechando hoy (20:00 horas) la visita de un Espanyol en horas bajas e inmerso en una crisis de juego y de resultados.

Ante este panorama en el rival, el Barça pretende revitalizarse a la espera de disponer de alguna pequeña opción en la Liga, aunque ello sólo pasa por una victoria barcelonista en el Camp Nou y una derrota del Madrid contra el Racing para impedir que se inicie la cuenta atrás para cantar el alirón.

Para el partido de hoy, el Barcelona recuperará a Deco, aunque no se espera que salga de titular, y sí un medio del campo integrado por Xavi, Touré e Iniesta, éste último recuperado de unas molestias que le impidieron jugar contra el Recre (2-2) la semana pasada en Huelva.

El Barça necesita la victoria por muchos motivos, pero uno también destacado para impedir que un tropiezo vuelva a convertir el Camp Nou en una protesta unánime, con pañolada incluida, como hace semanas. La sensibilidad en el barcelonismo es tal que tanto el equipo, como el técnico, así como la directiva, ya han recibido un aviso, y ni la presencia del equipo catalán en la semifinal de la Liga de Campeones ha rebajado la tensión.

Para este choque, Frank Rikjaard dará más minutos a Messi, para adaptarlo ante el doble compromiso contra el United, y recupera a Henry.

Por su parte, el Espanyol, en horas bajas, se presenta en el Camp Nou sumido en una profunda depresión futbolística, fruto de la pésima segunda vuelta en la que sólo ha sumado nueve puntos y en la que ha desperdiciado una magnífica oportunidad para jugar en Europa el próximo curso.

El objetivo inmediato de los blanquiazules es reencontrarse, recuperar su identidad y los valores que le llevaron a ser una de las revelaciones de la temporada. Sin embargo, antes deberán superar el bloqueo mental que atraviesan.