A Apolinar Mozos no le asusta la soledad en el océano, pero se enfrenta ahora al reto de lograr el apoyo económico que necesita para llevar a cabo su proyecto. "Sé que al principio será duro y que pasaré apuros, pero hay muchas ayudas para el deporte", dice confiado. Ahora tira de sus ahorros y de la ayuda que le presta su familia, pero ya estudia poner en marcha, junto a sus hermanas, una asociación sin ánimo de lucro llamada "Bo Rumbo" destinada a intentar implicar a las empresas en la vela por medio de donaciones. También planea dar conferencias y charlas en los distintos clubes náuticos y también, en un futuro, poner en marcha una escuela de vela en la que Apolinar Mozos tratará de compartir sus conocimientos sobre la Mini Transat, una regata en dos etapas que acaba en Salvador de Bahía. También pondrá en marcha una página web para contar sus experiencias. "Si de algún modo puedo ir abriendo camino para que más gallegos puedan llevar a cabo este proyecto y ayudar en algún sentido, pues ya me sentiré muy orgulloso", explica.