Y al fin llegó el maná, en forma de escualo. Alonso clamaba por mejoras, el equipo directivo de Renault decía que llegarían y los jefes de la ingeniería auguraban una «oleada de cambios». En Montmeló, a primera hora y con expectación en torno al box de Renault, Fernando Alonso sacó el R28 del garaje.

La novedad del día era una llamativa "aleta de tiburón" en la parte posterior del coche, en la tapa del motor, muy similar aunque más acusada a la que utilizó Red Bull en las tres primeras carreras. Un paso más en la evolución aerodinámica para sacar al Renault de la triste zona media de la parrilla. El sistema de suspensión también se vio alterado. Fuera del alcance de la vista, el coche del ovetense incorporó el

"j-damper", el amortiguador de masas que ayuda a prevenir el sobreviraje, filtra las vibraciones que produce el aire en el alerón delantero y reduce el desgaste de los neumáticos. Una versión legal del «mass dumper» que la FIA prohibió en 2006.

Los ingenieros del equipo también se decidieron a montar tapacubos en los neumáticos para convertir las ruedas en una especie de lenticular, al estilo de las que utilizan los ciclistas en las pruebas contrareloj. La buena noticia llegó al final del la jornada, cuando la lista de tiempos puso al monoplaza del asturiano en el mismo segundo que Felipe Massa, Hamilton y Coulthard, los más rápidos al margen de los que utilizaron neumáticos lisos. En su primer día de pruebas, Alonso mejoró en ocho décimas el 1.21.454 que había firmado hace sólo un mes y medio en los últimos test en Montmeló.

Buenos augurios para el equipo y para Fernando Alonso, que seguirá hoy con las mejoras. Ayer, el protagonismo visual quedó para la aleta de tiburón. El equipo dejó al margen el nuevo alerón delantero que presentó el lunes Nelsinho Piquet, a la espera de que, quizá hoy, el R28 pueda incorporar el nuevo paquete aerodinámico al completo.

Fernando Alonso puso la maquinaria de Renault a trabajar. Dio 119 vueltas al trazado de Montmeló, fue el más activo del día, y eso que estuvo casi una hora parado. Cumplía con su giro número 79, justo después del receso para la comida, cuando su monoplaza se detuvo sin motivo aparente. "Una parada leve", la calificaron en el equipo, pese a que el garaje permaneció cerrado a cal y canto.

Regresó el ovetense a la pista y continuó rodando escrupuloso, cumpliendo con el programa previsto. Su tanda más larga, de sólo quince vueltas, con una pléyade de ingenieros entre bastidores, escudriñando al milímetro el comportamiento del R28 con el nuevo apéndice aerodinámico y con el nuevo sistema de suspensión a pleno rendimiento.

El ambiente en Renault era de satisfacción, con las lógicas reservas después de una jornada de pruebas. Desde luego, había más optimismo que en la última tanda de entrenamientos de Barcelona, poco antes de partir hacia Australia, cuando el R28 era un completo desastre. "El coche se ha comportado bien y ahora parece razonablemente competitivo". La declaración oficial de Fernando Alonso dejaba traslucir su buen estado de ánimo después de un día de trabajo duro y buenos resultados. La distancia con Ferrari y McLaren ya no es sideral y, aunque el Renault no estará en condiciones de disputarles las victorias, sí que parece preparado para ser el primero en la lista de perseguidores. "Otra vez el programa ha ido bien y tenemos numerosos datos para estudiar esta noche", explicó en el comunicado oficial el jefe de ingenieros del equipo de pruebas de Renault, Christian Silk.

En el circuito catalán sorpendió por pobre, el rendimiento del BMW de Heidfeld, el más lento del día y lejos de sus prestaciones del comienzo del campeonato. El más rápido fue el Honda de Barrichello, junto a un inesperado Fisichella con un Force India. Sucede que ambos rodaron mañana y tarde con neumáticos lisos, en un avance de trabajo para 2009, cuando serán las únicas gomas que se utilicen. Simples pruebas sin ningún valor en cuanto al cronómetro.