José Manuel Pinto estuvo de visita en la mañana de ayer en A Madroa. El que fue capitán del Celta hasta que en enero pasado aceptó ir cedido al Barcelona hasta junio aprovechó los dos días de descanso que Rijkaard le dio esta semana a la plantilla azulgrana para trasladarse a Vigo y pasar a saludar a la plantilla céltica.

El guardameta gaditano llegó a las instalaciones deportivas del Celta acompañado de su esposa y de su hija, nacida el pasado diciembre en Vigo, a donde con toda probabilidad tendrá que regresar Pinto el próximo verano porque el Barça no ha mostrado intención de ampliar su cesión y aún le restarán dos temporadas de contrato con la escuadra viguesa.

Como es habitual en él, Pinto evitó las preguntas de los periodistas. Primero pasó por el vestuario para darle ánimos a sus ex compañeros, "porque él es muy celtista y quiere lo mejor para el equipo", comentó Vitolo al referirse a la visita del ahora cancerbero del Barça. A continuación saludó a varios empleados de las instalaciones deportivas y, antes de abandonar A Madroa, apuntó que su debut con la camiseta azulgrana depende exclusivamente de Rijkaard. El técnico holandés no le dio opciones en la Copa del Rey a quien llegó al Camp Nou como suplente de Víctor Valdés tras la lesión de Jorquera. Mucho menos ha contado con el gaditano para las eliminatorias de la Liga de Campeones y es posible que tampoco le dé la alternativa en la Liga porque el conjunto catalán seguramente tendrá que jugarse hasta el último partido la segunda plaza con el Villarreal.