Un total de 30 personas fueron detenidas ayer en incidentes registrados durante el recorrido de la antorcha de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 por Londres, donde el mal tiempo y las numerosas manifestaciones deslucieron el evento. Todos los detenidos fueron arrestados en diferentes puntos de la ruta "por diversos delitos relacionados con el orden público", según indicó Scotland Yard.

El campeón olímpico de remo Steve Redgrave fue el encargado de inaugurar el periplo londinense de la llama olímpica, que empezó en el estadio de Wembley, en presencia de la embajadora china, Fu Ying, y acabará en la cúpula de O2 en Greenwich.

Ya desde el principio del trayecto se registraron incidentes con manifestantes que protestaban por la represión china en el Tibet, donde el pasado jueves se informó de la muerte de ocho personas en un tiroteo contra monjes y civiles en la provincia de Sichuan. La ruta de la antorcha se cambió a última hora para que la embajadora Fu Ying pudiera transportarla a su paso por Chinatown, el barrio chino situado en el centro de Londres, donde fue recibida por críticos y partidarios de los Juegos Olímpicos.

Posteriormente, el primer ministro británico, Gordon Brown, recibió la antorcha a las puertas de su residencia oficial, en el número 10 de Downing Street, un gesto criticado por los activistas opuestos a la ocupación de las autoridades chinas en el Tibet.

Los incidentes se sucedieron ayer a lo largo del recorrido del símbolo olímpico, lo que incrementó la tensión en las calles aunque, de momento, no se han registrado heridos.

Un manifestante llegó a coger la antorcha de manos de una de las portadoras, la presentadora de televisión Konnie Huq, antes de ser reducido por la Policía, mientras que en otro punto de la marcha hubo un incidente con un extintor. Pese a las constantes interrupciones, la antorcha, rodeada de delegados olímpicos y policías, prosiguió su viaje por la capital británica, entre los aplausos de parte del público.

El Dalai Lama dice que la lucha de los tibetanos "ya no podrá ser ignorada"

Las protestas contra China en el Tíbet han probado que el asunto de los tibetanos "ya no podrá ser ignorado", aseguró ayer el Dalai Lama en Dharamsala, la ciudad norteña india donde dirige el Gobierno en el exilio.

"Estas protestas han hecho ver al mundo que el asunto del Tíbet yo no podrá ser ignorado por el mundo", aseguró el líder espiritual en un comunicado emitido tras dirigir plegarias en la ciudad, donde reside desde su huida de China en el año 1959.

El Dalai Lama temió más represión de los tibetanos en el Tíbet, pero al mismo tiempo pidió a los manifestantes que se ciñan a protestas y prácticas "no violentas" bajo cualquier circunstancia.

Las autoridades chinas "me han acusado de instigar esos hechos en el Tíbet. Eso es completamente incierto y he realizado repetidas llamadas para que un cuerpo internacional lleve a cabo una investigación sobre el asunto", dijo.