Álvaro Faes enviado especial a Sakhir (Bahrein)

La inferioridad mecánica con la que Fernando Alonso está afrontando la primera parte del Mundial volvió a quedar ayer patente, en una primera jornada de pruebas libres para el Gran Premio de Bahrein dominada con autoridad por los bólidos rojos de Ferrari. Mientras el español chocaba contra la realidad, la sesión terminó antes de tiempo para Lewis Hamilton. El inglés perdió el control de su monoplaza después de pisar un piano y salió despedido fuera del asfalto hasta impactar violentamente contra la protección de neumáticos. Una grúa retiró el McLaren y el piloto, que abandonó el coche sin problemas aparentes, acudió al centro médico del circuito.

La única autopista de Bahrein se termina en el circuito de Sakhir. Un país en construcción acoge su quinto Gran Premio de Fórmula 1. Dos victorias de Alonso, una de Schumacher y otra de Massa. El caudal de petrodólares de la familia real convenció a Bernie Ecclestone de que era posible montar un oasis en pleno desierto. La llegada del Gran Circo puso en el mapamundi una diminuta isla de 678 kilómetros cuadrados y casi 700.000 habitantes. La populosa capital crece al ritmo de las explotaciones petrolíferas que se dibujan en el horizonte cuando, en medio del secarral, aparece el imponente circuito. Un homenaje a los excesos en medio de la nada.

La temperatura a las diez de la mañana ya alcanza los treinta grados, aunque el viento mitiga la sensación de calor. El sol se pone pronto. A las seis de la tarde, el día languidece justo cuando Fernando Alonso confirma que está ante un compromiso complicado. Su Renault le va a poner las cosas todavía más difíciles que en Australia y en Malasia. "No apostaría por que vaya a entrar con facilidad en la Q3", la tanda que nombra a los diez elegidos que luchan los sábados por la pole. El asturiano sufre cuando encuentra dificultades añadidas. "El coche no tiene un gran problema, sino muchos pequeños", dice el piloto. El Renault cojea por la estabilidad, la frenada y la tracción, tres aspectos muy importantes en el circuito bahreiní. Por ahí le dolió al coche número cinco cuando, al final de la segunda sesión, terminó tocándose con el Force India de Adrian Sutil. Alonso bloqueó las ruedas traseras y perdió por un instante el control. El incidente se resolvió con el asturiano y el alemán del todo girados en medio de la pista. Volantazo, acelerón y a seguir rodando sin demasiados miramientos. "Frené justo tras él, perdí el control del coche en la frenada y se me bloqueó en la parte trasera. Cuando lo recuperé era demasiado tarde y chocamos un poquito".

La marca del rombo usó la sesión para probar la puesta a punto y para ensayar el comportamiento del monoplaza con mucha carga de gasolina. El de Sakhir es un circuito muy exigente con los frenos y también había que `chequear´ el sistema. Las tres grandes rectas obligan a fuertes reducciones y las curvas lentas piden mucha carga aerodinámica. Difícil encontrar el punto exacto para que el monoplaza no esté luego lastrado en los tramos de alta velocidad. No fue un día sencillo para Alonso, décimo por la mañana y decimosegundo por la tarde, a un mundo de Massa.

Un golpe de moral

Ferrari fue el gran beneficiado de la jornada. Los rojos salieron reforzados del día de pruebas. Fueron inalcanzables para los McLaren. Un golpe de moral para Felipe Massa, maltratado después de dos ceros en el arranque y presionado para salir de Oriente Medio con un buen resultado. En una vuelta estratosférica, le endosó nueve décimas a su compañero, Kimi Raikkonen. BMW y Williams se repartieron las sobras, otra vez con Nico Rosberg rindiendo a buen nivel.

McLaren, en cambio, tuvo un día horrible. Hamilton se estrelló contra el muro y no pudo terminar los ensayos. El británico, líder del Mundial, sufrió un espectacular accidente del que salió ileso, aunque su coche quedó destrozado.

A falta de 9 minutos y medio para el final de la sesión, el actual subcampeón del mundo perdió el control de su monoplaza al pasar por encima de un bordillo y se estrelló por el costado derecho contra una barrera de neumáticos de protección. Hamilton abandonó sin problemas un coche que quedó muy dañado.