Toda una vida trabajando hasta convertirse en vecina ilustre. Es el caso de Luisa, de 83 años. Ahora ya no carga bombonas pero recuerda los equilibrismos para sacar su negocio adelante. O el de Lola, que a sus 91 años continúa vendiendo grelos. El artista Joseba Muruzábal ha querido homenajear a estas abuelas gallegas y las ha convertido en superheroínas en gigantescos murales en sus pueblos.