"Volver a Galicia es volver a mis raíces, es un momento muy emocionante y ojalá lo pueda transmitir al público", explica Antonio Ferrera, que regresa a la feria de Pontevedra en uno de los mejores momentos de su carrera, consolidado como emblema de la torería. El próximo domingo compartirá cartel con otros dos grandes reclamos, Julián López "El Juli" y Roca Rey, en el arranque del ciclo taurino.
- ¿Qué recuerda de la afición gallega?
-Sensaciones y sentimientos muy bonitos, muy especiales, porque para mi torear en Galicia supone algo más a nivel personal y, sobre todo, por lo que respecta a la afición, como torero venir aquí es un motivo de ilusión porque las sensaciones que he vivido en Galicia han sido siempre muy especiales.
- Es hijo de gallega y se siente especialmente vinculado a esta tierra?
-Si, madre es de Santiago, es gallega, y me siento muy vinculado a esa tierra, muy arraigado, de hecho mi ganadería lleva el nombre de mi madre, Peregrina; le puse ese nombre en homenaje a mi madre, que es gallega y se llama como la patrona de la provincia de Pontevedra y por eso volver a la feria de esta ciudad, que es la feria de La Peregrina, con todos los componentes personales que en mi corazón tiene eso, es muy especial; todo es un motivo más para ilusionarme y demostrar mi entrega al máximo.
- ¿Conserva vínculos aquí?
-Conservo familia y personas que para mi son también familia, mi madre tuvo que emigrar a Cádiz y después a Extremadura y conservo personas que forman parte de mi familia porque estuvieron siempre muy cerca de mi abuela, que han hecho mucho por nosotros.
- Desciende de una estirpe de trabajadores?
-Personas trabajadoras, hechas a sí mismas, con los valores, las cabalidades y la lealtad, con todo eso que nos da los cimientos a las personas para desarrollarnos, para tener sentimientos y para crecer. Agradezco mucho eso de mi familia y de esas personas que le decía que han estado muy cerca de mi abuela, con una vida más en el campo, más retirada de la ciudad, todos ellos son muy importantes porque los consideramos parte de nuestra familia. Venir aquí es muy emocionante, muy especial.
- Llega a la capital taurina de Galicia en una de sus mejores temporadas
-Gracias a Dios el arte del toreo es como todas las artes, el paso del tiempo, las circunstancias que uno va viviendo como persona van arraigando, se van asentando en los sentimientos y también en la manera de expresarlo después en la plaza, en un escenario delante de un público.
- ¿Es la suya una profesión?
-Es más una filosofía de vida, más una filosofía de vida que una profesión, una en la que te expones artísticamente y también expones tu vida a lo imprevisible, que es estar delante de un toro.
- Ahora que han pasado dos décadas de su alternativa ¿si pudiese volvería a empezar? ¿De nuevo sería torero?
-Creo que ser torero es un instinto natural y ese instinto te va llevando por los caminos para que se convierta, no en una forma de vida sino en una filosofía de vida; por lo tanto me siento muy agradecido a Dios, un privilegiado por seguir ese instinto desde que tenía 8 años y porque esa filosofía de vida me haya invitado a seguir avanzando, a seguir creciendo como hombre y seguir creciendo como artista.
