La actual gira de U2, que celebra los 30 años del emblemático álbum "The Joshua Tree", se abre con una canción de The Waterboys. Mientras suenan los últimos acordes de "The whole of the moon", el mayor éxito del grupo de Mike Scott, el batería Larry Mullen Jr. comienza a tocar "Sunday Bloody Sunday", el himno irlandés de U2, dando así comienzo al concierto. La elección explica mucho sobre la historia de la banda que este viernes actúa en la Plaza de Fefiñáns de Cambados, y que a mediados de los ochenta parecía destinada a conquistar los estadios de todo el mundo. No fue así.

Si hace unas semanas hablábamos sobre Pretenders como el proyecto personal de Chrissie Hynde, más que una banda de rock propiamente dicha, lo mismo sirve para The Waterboys y Mike Scott, un "grupo cambiante", como lo definió el músico escocés en una entrevista con VISADO antes de su concierto en Pontevedra, en 2012, en el que rindió homenaje al gran poeta irlandés William B. Yeats. "Nunca pretendí que The Waterboys fuera como U2 o los Beatles,cuatro tíos que integran siempre el grupo -explicaba Scott-.Tenía que cambiar, y el compromiso de los músicos partía de esa base. A nadie que entraba enWaterboys le decía que iba a estar en el grupo para siempre. Todos sabían que la música, la dirección y el estilo cambiarían".

Prueba de ese carácter cambiante e inquieto es el último sencillo del grupo, "If the answer is yeah", un tema de pop funky y psicodélico, alejado del rock y del folk que más típicamente define a los Waterboys. El tema, adelanto del nuevo álbum de los Waterboys, que saldrá a la venta el próximo 8 de septiembre, ha sido recibido con división de opiniones por sus seguidores. Algunos de ellos han visto en él el estilo de World Party, el grupo fundado por el antiguo bajista de Waterboys, Karl Wallinger.

La inquieta personalidad como compositor de Mike Scott ha guiado la irregular trayectoria de esta banda, a la que nadie podrá acusar de venderse a lo comercial. Después de triunfar con "This is the sea" (1985), un álbum que contenía canciones de rock épico, como "Don´t bang the drum", "The pan within", "Medicine bow" y la propia "The whole of the moon", los Waterboys parecían candidatos a jugar en la misma liga de U2 y Simple Minds, otras dos bandas con referentes similares (el post-punk y cierta querencia nórdica en sus melodías) destinados a llenar estadios. Pero eso nunca ocurrió. The Waterboys arrasaron en el festival de Glastonbury de 1986 (que en España emitió Radio3), pero tras eso Mike Scott se refugió en Irlanda, se rodeó de modestos músicos tradicionales y grabó otra obra maestra, "Fisherman´s blues" (1988), esta vez cambiabando grandiosidad por intimidad.

El álbum "Room to roam" confirm la transformación "folkie" de los Waterboys, que siguieron manteniendo un buen número de seguidores. Sin embargo, "Dream harder" (1993), pese al relativo éxito de "Glastonbury song", dio paso a un periodo vacilante. Mike Scott, quizá con demasiados caminos musicales entre los que escoger, publicó sus dos siguientes álbumes con su nombre y no bajo el nombre de The Waterboys, que retomó en 2000 con el enérgico "A rock in the weary land".

Desde esa década, la carrera de Scott y sus Waterboys ha mantenido un perfil más bajo. Su álbum de 2011, "An appointment with Mr Yeats", inspirado en el gran poeta irlandés, demostró una vez más que la inquietud del escocés afincado en Irlanda no es conquistar el éxito masivo.

Scott, gran admirador de Bob Dylan y Bruce Springsteen, asegura que le interesa el estrellato, pero no tocar en recintos para 50.000 personas, como hacen el Boss y U2:"Odio los conciertos en estadios de fútbol (...) Todo se convierte en gestos y cualquier sutileza musical se pierde. Nunca tocaría en un estadio. Quiero ver el blanco de los ojos [del público] y sentir que su energía vuelve hacia mí".

Precisamente la banda de Bono ha elegido "The whole of the moon" para abrir sus conciertos de la gira "The Joshua Tree" porque los irlandeses escucharon profusamente el álbum "This is the sea" mientras componían y grababan dicho álbum. Steve Wickham, el violinista irlandés al que The Edge conoció en una parada de autobús -y gracias a eso Wickham tocó en "Sunday Bloody Sunday" y otros temas del disco "War" (1983)-, permanece como el músico más fiel a los Waterboys, por cuyas filas han pasado más de medio centenar de instrumentistas a lo largo de sus casi 35 años de existencia.

Como teloneros de The Waterboys oficiarán Best Boy, banda tudense que también tiene tiene el rock, el folk y el funk como ingredientes de su carta musical. Un excelente maridaje musical para la Ciudad Europea del Vino. Aunque se hagan llamar "los chicos del agua", seguro que como buenos irlandeses y escoceses aprecian el buen caldo de las Rías Baixas.