La actriz Gina Lollobrigida, indiscutible musa en el panteón de la cinematografía italiana, cumplió ayer 90 años de una vida en la que se erigió como icono de la belleza mediterránea y marcada por el amor, el desamor y los pleitos.

Toda una enseña nacional que por sus "tres veces treinta años", como aseguran que dice haber cumplido, ha merecido la felicitación de las más altas instituciones del Estado, como el presidente de la República, Sergio Mattarella, o el ministro de Cultura, Dario Franceschini.

Luigia Lollobrigida nació en Subiaco (centro) el 4 de julio de 1927 en el seno de una familia acomodada que perdió su patrimonio en la II Guerra Mundial y en 1947, con 20 años, se mudó a la cercana Roma, donde comenzó a estudiar Bellas Artes. Según explica en la biografía de su web oficial, ella era la "privilegiada" ya que mientras se instruía en arte y lírica gracias a una beca, su familia de "refugiados" vivía en una única y pequeña habitación y "comía lo poco que lograba recoger". El trampolín al mundo del espectáculo se produjo a su llegada a la ciudad, cuando acabó en el escenario del certamen Miss Roma, en el que quedó segunda, y posteriormente fue invitada a la final de Miss Italia, en la que finalmente triunfó Lucía Bosé.

Poco a poco la joven logró entrar en los estudios romanos de Cinecittà, interpretando pequeños papeles, y tres años más tarde recibió una oferta del millonario productor Howard Huges, por lo que la actriz tomó un avión para volar a aquel Hollywood efervescente. Tardó poco en arrepentirse, al percatarse de que solo podría trabajar en producciones de su mecenas, y regresó a Roma para dar inicio a una carrera que la consagraría como una de las actrices más aplaudidas en Italia y Europa.

De manera paralela, su vida privada siempre ha estado en el candelero: en 1949 se casó con el médico yugoslavo Milko Skofic, del que tuvo un hijo, Andrea, y del que se divorció en 1971. Y recordada es su relación con el empresario español Javier Rigau, 34 años más joven que ella. La actriz terminó denunciándole por estafa, aunque Rigau fue finalmente absuelto el pasado marzo.