"El espacio abisal me sirve de pretexto para crear mi imaginario en un paralelismo de seres concretos y fantásticos; he tenido morriña de mar cuando no he vivido cerca", asegura la artista María José Pulido, pocas horas antes de abrir una exposición que exhibe un mundo en el que hay peces que parecen flores y viceversa, vegetación que semeja un animal marino. Criaturas llegadas del averno abisal se muestran muy vivas en veinte cuadros en los que predomina el fuerte contraste de color y el juego de sombras para disociar realidades.

La sala de arte "Apo'strophe" presentó ayer la exposición "Espacio abisal", con la que Pulido nos descubre con técnica mixta, acrílico y collage su imaginario. Las obras son de recientísima elaboración y estarán en la sala hasta el 4 de abril (horario de 18.00 a 21.00 horas de lunes a sábado). "Es un mundo para navegar y para viajar con la mirada", avanzó la pintora. Después de más de una década fuera de casa -estuvo afincada en Barcelona- expone en su ciudad natal, Vigo, donde actualmente reside y prepara el diseño de una medianera que decorará en la calle Vía Norte. Esta es su tercera exposición en Galicia.

La joven multidisciplinar muestra su "abismo marino", cuya riqueza le sirve de pretexto para desarrollar un paralelismo entre seres reales y fantásticos. "El mundo que presento en este espacio abisal, una mezcla de lo real y lo imaginario, me sirve de pretexto para hablar de la diversidad y lo veo con mucho color", explicó. "Creo que conocemos menos el mundo abisal del mar que la corteza terrestre", aseveró.

Pulido, se licenció en Bellas Artes en la Facultad de Valencia y estudió en el Centro de Cinematografía de Cataluña. Además hace grabado y trabaja en el mundo del diseño gráfico y edición audiovisual. Ha tenido becas de estudio en Alemania, México y Perú. Se ha centrado más en la videocreación y en la performance, aunque sin abandonar la pintura. "Mi pintura nace de una necesidad vital; expresarme en el arte. Tengo una necesidad creativa constante, llevo toda la vida pintando", asegura la artista, hija del pintor Antón Pulido. "Llevo tiempo haciendo otro tipo de lenguaje, pero la necesidad de crear siempre está latente y toda mi obra bebe del mismo agua", explica. Y del mar, presente en todos sus lienzos.