Cuando el periodista cinematográfico gallego José Aguilar propuso a un buen número de actrices de distintas generaciones hacer un libro sobre el erotismo, la primera reacción de la mayoría fue echarse las manos a la cabeza. Sin embargo, tras varias conversaciones Aguilar logró convencerlas del interés que tenía conocer cómo entendieron y entienden distintas generaciones de mujeres este concepto aún hoy en día controvertido.

El resultado de horas de entrevistas, la mayoría realizadas expresamente para el libro y otras con las que ya contaba el autor por sus muchos años de profesión, es "Divinas y humanas", una obra en la que un total de veintidós actrices de ocho generaciones entre las que se encuentran Asunción Balaguer, Sara Montiel, Carmen Sevilla, Silvia Marsó, Mónica Pont o Mar Regueras cuentan algunas de sus vivencias profesionales y personales de una forma natural y sin coacciones.

"La elección de las actrices fue complicada porque quería hablar con mujeres de distintas generaciones, que no tuvieran que ver solo con la época del destape, con perfiles muy diferentes para conseguir una visión lo más amplia posible de un tema tan apasionante como el erotismo. Partí de 250 nombres y tuve que reducirlos a 22", relata el autor.

José Aguilar -que cuenta con galardones como el Mariano José de Larra (2007) y la Medalla de Oro de la Fundación Lumière (2009) por su labor en el campo cinematográfico- realiza así un poético recorrido por el concepto del erotismo que resulta muy atractivo para el lector que desee conocer mejor a un grupo de actrices que se atreven a hablar de sí mismas sobre un tema que siempre suscita polémica, a través de un diálogo sencillo y sin prejuicios y aderezado con imágenes personales y de sus películas y otras realizadas para el libro en una edición de lujo.

"Con algunas de las actrices mantengo o mantenía una relación de amistad ya que soy también su biógrafo, como Sara Montiel y Carmen Sevilla. De ellas recuperé sus testimonios entre el numeroso material inédito que conservo. Pero en la mayoría de los casos, las entrevistas las realicé expresamente para la obra", cuenta el autor ferrolano.

Aguilar destaca con especial cariño la entrevista a Katia Loritz, "ya que esta entrevista y la sesión de fotos fueron las últimas que realizó antes de morir". También se despidieron antes de que el libro saliera publicado, de una forma más inesperada, Amparo Baró y Conchita Goyanes.

"Aunque la sociedad ha avanzado en muchos aspectos, aún causa pudor hablar del erotismo. Estas mujeres son reflejo de sus generaciones aunque ellas, al pertenecer al mundo artístico, son o eran más avanzadas en sus opiniones aunque aún así a muchas les costaba verbalizarlas, también por temor a ser vinculadas a ciertos tipos de trabajos", explica Aguilar.

La edad, asegura el periodista, no es óbice para un mayor pudor a la hora de hablar de estos temas. "Ver la libertad con la que se expresa Asunción Balaguer es un auténtico lujo; a sus 92 años, refleja los sentimientos de toda una época", considera.

Así, en su capítulo Asunción cuenta algunas cosas personales como su gusto por las caricias. "A mí me encanta que me acaricien; yo creo que una caricia en la cara o en la mano puede significar mucho. La pasión hasta se puede transmitir por la mirada. Yo, por como miraba Paco sabía hasta dónde le gustaba una chica".

También destaca el testimonio de Baró. "Era una mujer muy avanzada y su forma de entender la sexualidad supone toda una lección de vida. Elegante e incisiva a la vez, fue también muy interesante su relato", apunta. La actriz define así el erotismo en el libro: "Para mí el erotismo es algo intangible, algo sumamente personal que hace que se despierte el deseo en nosotros y en los demás, y que es fruto de ese instinto básico, original, primitivo, que todos poseemos y que tenemos desarrollado en mayor o menor medida".

La más poética

El capítulo más poético del libro, adelanta el autor, es el de Ana Fernández. "Ella encuentra el erotismo en las cosas más románticas; es un universo muy diferente al del resto de actrices". "La sensualidad está en todo y, de hecho, es el motor de la vida. El erotismo es la base para despertar la sexualidad, alimentando y potenciando la sensualidad. No entiendo el erotismo sin sensualidad ni tampoco el erotismo sin sexualidad", describe Fernández.

Por su parte, la más explícita, cuenta Aguilar, es Mónica Pont. "La elegí porque necesitaba ese contrapunto impactante que aporta su testimonio", indica el autor, que agradece a todas "su enorme sinceridad, su generosidad al hablarme del erotismo tanto en el terreno de lo profesional como en el personal, convirtiéndose en transgresoras de sí mismas aún sin saberlo", concluye.