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Cristina Pato: "Tocar me da muchas alegrías, pero estoy preparada para dar un giro a mi carrera"

"El talento conlleva una responsabilidad; de hecho, creo que todos tenemos la obligación de responder a nuestro entorno"

La gaiteira ourensana Cristina Pato.

Cristina Pato vive con la serenidad que dan dos decenios sobre los escenarios optar a dos Grammy. No es la primera vez que aspira a estos galardones, aunque asegura que en esta ocasión le hace especial ilusión por tratarse de dos proyectos frutos del trabajo en equipo, la solidaridad y la confianza. Yo-Yo Ma y su Silk Road Ensemble, formación a la que pertenece la gaiteira ourensana, aspira al Grammy al mejor disco "World Music" por "Sing Me Home", que incluye una versión del tema tradicional gallego "Cabaliño", grabado junto con los músicos gallegos Anxo Pintos, Davide Salvado y Roberto Comesaña, de Rústica. La otra candidatura es la de "The Music of Strangers", documental aún sin estrenar en España dirigido por el oscarizado Morgan Neville, candidato a mejor película musical, que cuenta la historia del colectivo musical de Yo-Yo Ma. La cantante, que ayer impartía una conferencia en la Universidad de Harvard con Silk Road sobre el arte como medio de curación, habló con FARO sobre estas nominaciones.

-¿Cómo vive estas nominaciones?

-Lo más bonito es que son dos nominaciones a un trabajo en equipo. Un proyecto tan grande como el Silk Road requiere mucha comunicación, flexibilidad, colaboración, confianza y curiosidad. "Sing me Home" es un disco muy especial por muchos factores. Es uno de los más eclécticos que he hecho con el Silk Road y por el concepto que trata. Las casas de los miembros del Road en el disco son una manera de dar una imagen de unidad, de universalidad. Y además estoy orgullosa de haberlo podido compartir con mis colegas de profesión en Galicia. Esto ya lo hace doblemente ilusionante. Cuando trabajas en un proyecto que tiene base en otro país, descubrir cómo reaccionan ante tu cultura te hace revisitar esas cosas que a los de fuera les parecen tan fascinante y en el momento en que hablamos de qué posibles sonidos de Galicia podían estar representados en el disco tuvimos claro que tenían que estar Anxo Pintos, Davide Salvado y Roberto Comesaña.

-Y luego está el documental...

-Para mí es un orgullo que Galicia esté en una película que enseña los valores que puede transmitir la música. La película cuenta cinco historias. Una es la de Yo-yo Ma y la razón que le llevó, hace casi 18 años, a preguntarse qué podía aportar él como músico a la sociedad.

-¿Usted cuándo comenzó a hacerse esta pregunta?

-Es una pregunta que me hago constantemente: qué es lo que puedo aportar a la sociedad con las oportunidades profesionales que me da la vida, y especialmente en los últimos años, por el tipo de camino que está tomando mi profesión, cada vez más en relación con el poder de las artes en la sociedad. En lo que más involucrada estoy en los últimos años es en cómo pueden ayudar las artes en el tema de la pérdida de la memoria, tanto a quienes padecen la enfermedad como a quienes los cuidan, y en cómo yo, como personaje público, puedo ayudar a normalizar algo tan habitual ya en nuestra sociedad como el alzhéimer y las demencias.

-Habla usted de la responsabilidad del talento...

-El talento conlleva siempre una responsabilidad. De hecho, creo que en el fondo todos tenemos la obligación de responder a nuestro entorno porque todos podemos cambiarlo un poco. Los pequeños gestos son incluso más importantes que los grandes movimientos. Me encanta ver como en Galicia ya hay muchas organizaciones que están haciendo cosas fascinantes en el campo de la música, de la terapia y de la pérdida de la memoria. Mi ideal sigue siendo poder tener una vida completa en Galicia y poder aglutinar a todas estas organizaciones que están trabajando tan duro y tan a solas sería un objetivo muy bonito.

-¿Le satisface más esa faceta solidaria de la música que los aplausos del público?

-No la considero solidaria, sino necesaria. En 2018 cumpliré veinte años de carrera y tengo claro que va a marcar el fin de una etapa. Tocar me ha dado muchas alegrías, pero estoy preparada, y me estoy preparando académicamente, para cambiar la dirección de mi carrera profesional hacia algo que me llene más, no emocional sino humanísticamente.

-¿Quiere decir esto que se está planteando dejar los escenarios?

-Es imposible que uno se baje del escenario cuando forma parte de su forma de expresarse, pero sí que prefiero elegir cuándo, cómo, dónde y de qué manera me subo al escenario. Seguiré actuando, pero de forma diferente, más en relación con temas que no sea estrictamente la música.

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