"Jodisteis el sonido, es lo que hay". La frase, de un miembro del personal de la sala Joy Eslava, parece el título de una de las canciones de Novedades Carminha, pero fue una advertencia real. La invasión del público, enfervorizado, había causado un parón de la música cuando el grupo gallego se encontraba en pleno éxtasis punkarra. No extraña que alguien hablase de "concierto-gatillazo", teniendo en cuenta que Carlangas y compañía lanzaron hace unos meses el primer videoclip porno de la historia del rock español, con escenas de sexo explícito.

Novedades Carminha afrontaba su consagración en Madrid con todas las entradas vendidas (o "sold out", como dicen los modernos) y el grupo femenino madrileño Las Odio (que beben tanto de Las Vulpes como de Conchita Velasco, dicen) como teloneras. En las redes proliferaron mensajes de fans suplicando por una entrada y ofreciendo a cambio favores de lo más disparatados. Se estaba cociendo algo grande en el templo capitalino del rock.

La banda enardeció al respetable con "jits" como "Que Dios reparta fuerte", "Fiesta tropical", "Follar", "Tú antes molabas" y "Quiero verte bailar". Y así fue: todo el mundo bailaba. Carlangas llegó incluso a tirarse al público (esta vez la expresión no tiene connotación sexual), con gorra y todo. "Vasos de cerveza y personas volando por los aires en el conciertazo que se han marcado Novedades Carminha en la Joy. Cortocircuito incluido", decía la fan Myrna Minkoff en Twitter.

El conocido periodista y escritor gallego Manuel Jabois, testigo de la apoteosis, comentó en la misma red social lo que había ocurrido: "Salió el tío de la Joy cuando invadieron el escenario y dijo: "Jodisteis el sonido, es lo que hay"".

"Han vuelto. El lobby gallego está a tope. Son grandes", sentenciaba la web Indiespot en la red social del pajarito. Todos coincidían que habían visto uno de los conciertos del año en Madrid.

Y es que Novedades Carminha es uno de los grupos más excitantes de la escena musical española, con una progresión, en calidad y seguimiento, que recuerda a la de Siniestro Total hace treinta y pico años. Los autores de "Campeones del mundo" (Ernie Records, 2016) molaban antes y siguen molando ahora. Es lo que hay.