El teatro gallego está de luto por la muerte, ayer, de la actriz, dramaturga y directora Dorotea Bárcena, una mujer que consagró toda su existencia a las artes escénicas y que alcanzó la mayor popularidad junto al dúo Los Tonechos, en la Televisión de Galicia, donde interpretaba a la cáustica Amadora.

"Lo mío es teatro, teatro y después también teatro", decía ella misma, una intérprete que nació en Oviedo hace 72 años pero desarrolló la mayor parte de su carrera en Galicia.

Dorotea Bárcena era hija de un hombre dotado para el arte pero que tuvo que aceptar la encomienda de armas para dar de comer a los suyos. Muy de niña aún, su familia se trasladaría a Vigo, ciudad mágica de su memoria no solo porque en ella desarrolló sus correrías infantiles sino porque en la misma dio sus primeras clases, en el Colegio Jesuitas, donde la recuerdan todos con cariño como Dori, y, sobre todo, sus primeros pasos teatrales con el grupo Esperpento, Teatro Joven, que montó con Xulio Lago. Junto a él dirigió sus primeros montajes, "As Bicicletas", en 1972, y "A orxía", en 1973. Como actriz, formó parte de los elencos de propuestas como "Los opositores", "O vendedor de peixe" o "O home que se converteu en can".

En 1985, la compañía Teatro do Atlántico principió su carrera profesional con el montaje "Xoana", con texto de Manuel Lourenzo y Dirección de Xúlio Lago; mientras que su segundo montaje, "Agasallo de Sombras", fue con el Centro Dramático Galego y bajo la dirección de Roberto Vidal Bolaño.

Tras abandonar la docencia para dedicarse por completo a la escena, muchos recordarán en los años 70 las Xornadas de Teatro de Vigo, que suponen la presentación en la ciudad de compañías como Els Joglars, Els Comediants, Ditirambo, José Luis Gómez, Aquelarre, Esperpento (de Sevilla), TEI de Madrid, Gangarilla, Caterva, A-71...

Ya actriz y un año directora del Centro Dramático Galego -primera mujer que consiguió este puesto- Bárcena se fue a Madrid y colaboró con el Centro Dramático Nacional.Allí trabajó con los más prestigiosos directores como Mario Gas, que la llamó para participar en "Medea", junto a Nuria Espert. Fue una especie de máster entre los grandes del teatro que le sirvió para crear su propia compañía a su regreso a Galicia, en 1987, Teatro da Lúa.

Con su compañía desarrolló las funciones de dramaturga, actriz y directora, además de participar en numerosos montajes. La artista trabajo además con otras compañías en obras como "Kvetch", de Teatro do Morcego, o "Un cranio furado", de Producións Excéntricas.

Aunque la máxima popularidad la adquirió en la Televisión de Galicia en el papel de Amadora con los Tonechos, ya tenía sobradamente demostrada su calidad actoral sobre las tablas en papeles dramáticos de muy alta enjundia, o incluso en el cine. "Las primeras huelgas coincidieron en Vigo con el teatro más vanguardista", comentaba en su última entrevista para este periódico.