Ni un guiño al público incondicional que llegó desde toda Galicia a Vigo para disfrutar de su música. Ni un minuto de cortesía para permitir que todos pudieran entrar. El último concierto que Bob Dylan ofreció en Galicia, el 27 de junio de 2008 en el Instituto Ferial de Vigo (Ifevi), no es recordado con especial cariño en Vigo. Al menos en lo que respecta al artista, aunque sí por su música.
El genio de Minnesota, desde ayer Premio Nobel de Literatura, llegó a la ciudad olívica rodeado de un enorme mutismo y prohibiendo a cámaras y fotógrafos que entrasen en el concierto.
Un día antes del recital en el que presentó su disco "Modern Times", el artista llegó a Vigo pero no se dejó ver ya que pasó toda la jornada recluido en un autobús equipado con todas las comodidades. No hubo peticiones extravagantes ni lujos de estrella, tan solo solicitó, como hace en todos sus conciertos, una cocina para su propio servicio de catering.
El cantante comenzó el concierto puntualísimo, sin ni siquiera saludar -algo, por otra parte, habitual en él- ante el estupor de las cientos de personas que aún hacían cola en el exterior del Ifevi. Unos 7.000 fans disfrutaron de dos horas de concierto -agradecidos, ya que tenían el precedente de los 45 minutos que duró un concierto en Andorra- aunque apenas pudieron ver bien a su ídolo, que no se movió de su posición de perfil, con las manos en el teclado y la armónica en la boca, en todo el recital y no realizó ni una pausa entre sus canciones.
En los bises por fin saludó escuetamente al público y cambió levemente su estática posición dejando que la gente vislumbrara su rostro debajo de su sombrero de cowboy. Eso sí, finalizó con el aclamado clásico "Like a Rolling Stone", que se había negado a tocar en otros conciertos, con lo que dejó con una agradable sensación a sus incondicionales.
Esta era la cuarta visita de Dylan a Galicia. La primera fue en 1993, año en el que participó dentro del macrofestival "Xacobeo concierto de los mil años", que se celebró en el Estadio de Riazor en A Coruña y donde el gran poeta estuvo acompañado de otros no menos grandes como Robert Plant, Neil Young, The Kinks, Chuck Berry, Wilson Pickett, Jerry Lee Lewis y Sting. Eso no fue óbice para que también allí mostrara su rostro más huraño y no quisiera que su imagen se pudiera ver en las pantallas dispuestas para la ocasión, por lo que tampoco dejó un gran sabor de boca a pesar de contar con un público repleto de incondicionales.
"Peregrinaje" a Santiago
Seis años después, en 1999, hizo un nuevo "peregrinaje" a Galicia, esta vez para presentar en el Multiusos do Sar "Time Out Of Mind". Santiago debió agradarle ya que de nuevo volvió a la ciudad en el año 2004 para participar en el Festival del Monte do Gozo, donde ofreció ante más de 25.000 personas temas como "All along the watchtower" o la irreconocible "Mr Tambourine Man". Un concierto que no se perdió ni el que por entonces era presidente de la Xunta, Manuel Fraga.
En todos sus conciertos, el poeta demostró, eso sí, que la edad no le pesa demasiado. De hecho, no ha parado de dar conciertos por todo el mundo en una gira constante que parece enlazar directamente con la anterior.
Y es que Dylan, quizás, tenga un cariño especial a la tierra de su padrino musical, Richard Fariña, neoyorquino de origen gallego que era una figura relevante del movimiento contracultural estadounidense de los años 60 y marido de la hermana de Joan Baez.
Fariña -que murió con solo 29 años en un accidente de moto- propició a Dylan su primera actuación en el legendario The Troubadour y también sus primeros pinitos discográficos como músico de armónica en un disco de Carolyn Hester, primera esposa de Fariña.
