Las órdenes monásticas antiguas eran sobre todo vegetarianas y frugales y cumplían con el ayuno y abstinencias periódicas según la regla benedictina. Así lo explicó ayer Segundo Vázquez Portomeñe en una de las ponencias del congreso y a partir de una investigación que realizó en el monasterio de Sobrado de Monxes. "A pesar de todo, también comían algo de carne, ya que tenían el encargo de atender bien a los peregrinos y almorzar carne con ellos", añadió.

El experto indica que fueron "grandes creadores" de platos de pescado, como truchas y salmones fritos, asados o ahumados. "Pero en Sobrado también almorzaban congrio y pulpo, porque disponían, por donación, de una zona de pesca exclusiva en Marín". Hasta el siglo XVIII no llegaron a Galicia los garbanzos, las lentejas, el maíz y el arroz.

En cuanto a cereales, en la Edad Media había un sustituto del maíz, llamado maíz miúdo o panizo, y con cuyos granos, cocidos con leche y dulcificados con miel, hacían una especie de arroz con leche", según describió el ponente.