"Lago Rivera: No principio do mundo, 1916-2016" celebra el centenario del pintor y trae a Vigo la oportunidad de adentrarse en la trayectoria de este artista coruñés formado en la Academia de Bellas Artes de San Fernando tras la Guerra Civil, que compartió piso en Madrid con otros pintores como José Guerrero y desatacó siempre más fuera que en su tierra natal. Vivió durante su madurez en París y volvió a Coruña de mayor, momento en el que empezaron a verse más sus cuadros aquí. Sin embargo, cuando su nombre empezó a sonar en la llamada "joven escuela madrileña", su primera exposición tuvo lugar en Vigo, probablemente en la sede del Mercantil, en el año 1941.

Esta muestra se articula con 42 obras, la mayoría de particulares, que trazan una verdadera retrospectiva del autor gallego, quien atravesó varias fases en su pintura, una evolución que en esta exposición queda patente. De la figuración incluso con influencias del post cubismo, pasando por una etapa de transición en la que coqueteó con la abstracción, a la que definitivamente se encomendó durante los años 50 pero que finalmente dejó a un lado recuperando la figuración hacia los años 60 con retratos desnudos, paisajes y naturalezas muertas.

Los últimos óleos de Lago, ya en los 80 (falleció en 1990) rescatan temas de género pero tratados satíricamente, como en la obra "Descubrimento", que aguarda a los visitantes al final de la Sala de Exposicións del Teatro García Barbón-Afundación hasta el día 19 de noviembre.