| Algunos llevaban doce días esperando junto al Estadio Olímpico de Barcelona para poder bailar en primera fila con la reina estadounidense de la música pop, Beyoncé. Otros plantaron sus mesas y sus paraguas ayer por la mañana, bajo un sol abrasador. Todos, impacientes, deseaban que empezara el concierto, el único que ofreció en España de su actual gira, al que asistieron unas 46.000 personas.