La vida de Clémence Boulouque (1977), ahijada literaria de Patrick Modiano, ha estado particularmente marcada por el terrorismo. Boulouque, hija de un magistrado, se encontraba en Nueva York el 11-S cursando un máster en relaciones internacionales. El hundimiento de las Torres Gemelas desencadenó en ella una conmoción especial, ya que removió las profundas heridas que, once años antes, le había causado el suicidio de su padre. El juez Boulouque, magistrado antiterrorista encargado de investigar la ola de atentados que asoló París en julio de 1986, se quitó la vida de un disparo en la boca en 1990. Su hija, de 12 años, dormía en la habitación contigua. El juez no había podido soportar la presión de la prensa, que tras la liberación de un iraní, le acusó de plegarse al gobierno Chirac, enfrascado en un proceso de mejora de relaciones con Teherán. Tras los atentados del 11-S, Boulouque encontró fuerzas para desatar los fantasmas que la acosaban desde la niñez y les dio la forma de este impresionante relato.