ARCO está a punto de cumplir 35 años y, en esa fiesta, estará presente el panorama artístico gallego tanto con galerías (Ad Hoc, Bacelos y PM8, las tres de Vigo) como con artistas de la tierra. David Ferrando y Manuel Eirís han aceptado compartir con los lectores de FARO sus propuestas y expectativas en una cita que, para ellos, es un aliciente, una ventana al arte internacional y también, al reconocimiento.
En el caso de Manuel Eirís, el compostelano llevará dos cuadros. A ambos, les es común, primero y a modo de historia, un título superlargo, "desmesurado", según él mismo confiesa; y segundo, el modus operandi: capas y capas de pintura que muestran y esconden.
El de mayores dimensiones (1,85 por 1,85 metros) es una pieza negruzca, con brillos y destellos marrones en la que la materia prima es el betún utilizado para el asfalto, el chapapote que portaba el Prestige aunque el autor ha huido de cualquier conexión con la polémica y drama ecológico sufrido. Para él, el bitume (como así lo denomina) es una pintura, un pigmento, que llega a su obra como una reflexión amplia.
"Por los bordes, ves como fue resbalando la pintura en diferentes capas", señala, mientras en el largo título se narran los riesgos para la salud de ese material amparándose en la ficha de seguridad del producto, que llegó a manchar una porción de la piel de una pierna del artista.
En el segundo cuadro, también aparecen múltiples capas pero, en esta ocasión, de azul turquesa y claro. "Esta es una pieza muy delicada, frágil, culminada por un esmalte sintético industrial con riesgos nocivos por inhalación", señala, lo que hace reflexionar sobre la procedencia de los peligros y de cómo estos pueden surgir más o menos camuflados por la apariencia.
Para Eirís, acudir a ARCO supone prácticamente un sueño. "Me hace mucha ilusión", confiesa un artista que ya en la pasada edición había acudido con Bacelos.
David Ferrando (que también 'comisaría' Bacelos) ve su presencia en ARCO como una oportunidad pero con ciertas reservas: "No soy especialmente amigo de las ferias de arte. ARCO está bien porque es una oportunidad para mostrar el trabajo; asiste una cantidad alta de público, así que tienes más oportunidad de vender tu trabajo. Pero no es el lugar ideal para ver arte porque hay mucha saturación y pasa muy rápido, aunque es una oportunidad".
Este gallego presentará su obra "Vórtice" donde explora las relaciones entre humanos e imágenes y cómo ha cambiado a lo largo de la historia. El artista -recién llegado de Londres donde ha trabajado largo tiempo- incide en que la superficie pictórica, en la modernidad, tiene que ser plana, aunque "no siempre fue así. En el Paleolítico, los chamanes eran los responsables de las imágenes y aprovechaban las paredes de las cavernas" como un puente "entre el mundo físico y espiritual".
Esa conexión del primer pasado del hombre tiene más vigencia actualmente en el mundo digital. En el caso de Ferrando, "Vórtice" lo conforman seis dibujos digitales "creados mediante perforaciones láser en la superficie de las piezas, desvelando un fondo iluminado que constituye la materia de líneas y manchas que conforman las imágenes", lo que huye de la superficie plana.
221 galerías del mundo
Ambos, entre otros gallegos, lucharán por acaparar las miradas y dineros de coleccionistas de un ARCO que cumple 35 años. Pronunciar esa edad sólo lleva unas décimas de segundo pero supervisar y organizar durante este tiempo la feria de arte contemporáneo más importante de España supone un esfuerzo y un malabarismo de alto nivel. Pero aquí está.
ARCO está a punto de celebrar tan señalada fecha -abre el 24 de febrero- y tres galerías gallegas (Ad Hoc, Bacelos y PM8) han sido seleccionadas para estar presentes y beneficiarse de lo que ya se vende como lo nunca ofertado en esta cita.
En total, se podrán ver los proyectos de 221 galerías de 27 países. Pero también hay que destacar que se espera la visita de 250 coleccionistas de 33 estados, algunos procedentes de museos e instituciones que son un referente mundial.
