Berlín, Amsterdam y Copenhague han quedado unidas por la experiencia y la sonoridad en un disco: Mandala, el último cedé del gallego Carlos López (A Coruña, 1979). El disco se grabó en las dos primeras urbes aunque el alma comenzó a vibrar en la tercera ya que fue en la capital danesa donde este batería, director artístico del Ciclo 1906 de Jazz, cursó el European Jazz Master.

La música de Mandala, asegura su creador, se acerca al free jazz por veces. En cuanto al título de álbum, López explica que fue elegido porque la canción homónima es el nexo de los restantes temas. "El disco fue grabado entre Berlín y Amsterdam. Son como dos grabaciones mezcladas en un mismo disco. La canción Mandala fue compuesta a caballo de las dos ciudades", señala al tiempo que añade que inaugura el sello discográfico Jazz Activist, creado por él mismo para dar salida a proyectos de calidad que tienen cerradas las puertas de discográficas por la crisis actual.

No es la única magia que encierra este trabajo. El tema que da nombre al disco también "es peculiar porque está compuesto por una anotación alternativa, no con corcheas sino con una grafía de símbolos que llevan la música a otros sitios diferentes", explica este músico que se sumergió en el jazz tras llegar a Barcelona para ampliar sus estudios de batería.

La pregunta siguiente era obligada. ¿Resulta difícil a los otros músicos familiarizarse con esta simbología especial en lugar de la anotación tradicional? Para López, no hay ni un resquicio de duda en su timbre de voz. "Evidentemente, la toma de contacto es mucho menos inmediata que en una partitura tradicional pero es muy sencilla de interpretar. La verdad es que con todo el mundo que la toqué, los músicos encuentran algo interesante. En un primer vistazo, puede resultar raro pero con la explicación que adjunto en el papel es más que fácil", opina este joven que también ha estudiado en la prestigiosa Berklee College Of Music de Boston.

"Berklee -detalla- poco tiene que ver con este disco pero sí con el primero que estaba más ligado a la tradición norteamericana. Pero Mandala y el anterior (Letters From København) son discos con un clarísimo acento europeo".

Entrar en algunos de los temas depara un convite a penetrar en el universo personal y vital del compositor y músico. "Los temas instrumentales tienen un carácter autobiográfico bastante importante, en todos los sentidos", apunta.

Notas del Barrio Rojo

Un ejemplo es una canción en la que habla de la búsqueda de hospedaje en Copenhague. "Fue difícil encontrar un sitio y hablo de eso con una música que al ser loca sí se acerca al free jazz", añade.

En otro tema, "La gran mentira", trata del Barrio Rojo de Amsterdam y "de las mujeres que van allí engañadas para ser bailarinas. También tengo canciones que hablan de personas, sitios, animales... Son experiencias vitales sazonadas con influencias musicales", agrega.

En este disco, López se ha rodeado de once músicos con excelencia, entre los que se encuentran otros dos gallegos: Xan Campos y Virxilo Da Silva. Con los dos, coincidió en el master europeo de jazz de la capital danesa. "En esa maestría, participábamos ocho músicos de toda Europa y tres éramos gallegos. Eso dice muchísimo del tremendo nivel de Galicia y, por supuesto, tenía que colaborar con mis compañeros de viaje".