David Bowie

David Bowie siempre estuvo en la pomada, fuera para muy bien, bien, mejor o regular. Mantuvo el pulso en la escena desde finales de los años sesenta desde que lanzó "Space Oddtity", que luego seguiría con una deslumbrante producción discográfica muy especialmente en los años setenta. En los ochenta coqueteó con el pop de tinte pelín comercial, pero con los finos brochazos de estilo que Bowie daba a todo. Por ahí andaban discos como "Tonight" con el "Blue Jean", época en que echó una mano a Tina Turner cuando Tina Turner salía del infierno vivido con Ike; con el álbum "Let's dance" y el single "China girl", poniendo siempre el reloj del look en hora e inventándose personajes que protagonizaban sus discos.

Así que hizo obras maestras para la historia del género; o mejor se sacó de la manga una serie de conceptos nuevos que no habían llegado a la escena rock hasta que puso sus manos e ideas en el asunto. Tiene obras revolucionarias, algunas inspiradas en los misterios del universo, como "Ziggy Stardust"; otras que mantenían un pulso muy fuerte con la imagen y en eso, la imagen, solía ganar con facilidad el Duque, el Camaleón, el hombre que cantó en diversos estilos y se maqueó de múltiples formas. "Ziggy" fue su alter ego, una estrella del rock extraterrestre y bisexual. Después vendrían otros "subterfugios" como Aladdin Sane o el citado Duque Blanco. Al que se puede sumar el gran personaje de Space "Oddity", "The Major Tom" ("El Mayor Tom").

Bowie, de nombre de pila David Robert Jones, nacido en Londres, falleció ayer al amanecer en Manhattan (Nueva York), a los 69 años. La mala noticia llegó al mundo vía red social (algo que el Duque ignoró bastante) en un comunicado de su hijo. Desde entonces la convulsión fue total en todo el mundo, se iba una leyenda de esas que se aumentan con el sobrenombre de "pata negra", o así (dependiendo del dicho de cada país) de la historia del rock. Un artista que vivió en la ambigüedad musical y sexual. Tan pronto era un hombre en pose glam rock como con una voz rockera y contundente en "Tin Machine" o se aplicaba en canciones bailables, también en personajes cinematográficos donde tuvo una pequeña carrera paralela.

El Duque no pudo con un cáncer contra el que luchó los últimos 18 meses y la mañana de ayer nubló un poco más la historia del rock y así lo dejaban entrever estrellas que reaccionaron con pena ante la desaparición del "gran Bowie", casado con Iman y antes con Angela, que a muchos les sonará de aquella canción de los Stones, "Angie", y de una historia que aún vive entre la leyenda urbana y eso, la historia real. Aunque finalmente se asignaba a un desvarío amoroso de Jagger, la canción fue escrita por Keith Richards.

El caso es que Angie Bowie está en la edición de "Celebrity Big Brother" ("Gran Hermano VIP") y desconoció durante varias horas la muerte de su exmarido, informaban ayer distintas agencias. Aunque Efe ya adelantaba que la cadena de televisión británica Channel 5 iba a informar a la concursante de la casa de "Celebrity Big Brother" "fuera de cámaras" y "lo antes posible". Así ocurrió. Poco después, fue informada y Angie decidió seguir en la casa. Angie tiene tres años menos que Bowie, del que se divorció en los ochenta. Tuvieron un hijo, Duncan Jones, de 44 años, precisamente quien dio la fatal notica en Twitter. De inmediato dijo que se iba a desconectar.

La despedida del cantante fue con "Blackstar", el disco de la estrella negra, en el que Bowie aportaba una nueva pincelada de su estilo ahora, como siempre hizo según la época. Parecía en el primer vídeo y fotos con los ojos tapados, como un signo de que algo no iba bien. Pero estamos en el siglo XXI y tocaba dar cierto barniz experimental; o mejor hacer un serial de canciones a la manera de Bowie con los cambios que Bowie quiso dar. En todos los discos de su carrera, la primera impresión siempre fue sorprendente. "Blackstar" salía días atrás, cuando cumplía 69 años. Era una entrega más de esta leyenda del rock que estuvo en todo movimiento de vanguardia y creando, de entrada, obras tan magníficas como el señalado "Space Oddity", que nacía cerrando la década de los sesenta y fue la presentación firme de un genio que iba para largo. Precisamente una de sus perlas estaba de nuevo en el carril de la actualidad merced a la banda sonora de "Marte", la única pieza que suena entera en el filme.

Efectivamente, en los setenta su producción fue tan abundante como genial con el ya señalado "The Rise and Fall of Ziggy Stardust and The Spiders from Mars", "The Man who Sold the Word", "Hunky Dory", "Aladdin Sane", cuya portada ya era un espectáculo, "Pin Ups" o "Diamonds Dogs; "Young Americans", "Low" o el siempre emotivo "Heroes". Inauguró los ochenta con "Scary Monsters" hasta que cambió el registro por ambientes más pop ajustados al momento, pero con su toque personal, asuntos bailables como el indicado "Let's dance".

Y es que Bowie siempre innovó y siempre se codeó con lo más granado. Alternó y apadrinó en su momento a Lou Reed o Iggy Pop, hizo dúo con Queen ("Under Pressure") y rescató con Jagger "Dancing in the Streets", ese tiempo ochentero en el que a ambos les dio por bailar alegremente y con un colorido vestuario por las calles, claro. Una gran historia de colaboraciones, que ya antes había cocinado con otro preboste de la escena como Brian Eno en el magistral periodo de la trilogía de Berlín. Sin olvidar que, por medio de la citada creación de los setenta, participó del efímero (aunque después resurgió) glam rock, que puso maquillaje y vestidos espectaculares al género. Estuvo fuera de combate un tiempo, largo tiempo, hasta que regresó con "The Next Day" (2013). Poco antes de este disco asomó por las calles de Nueva York ya con una imagen un tanto irreconocible seguramente por los achaques de salud que tuvo durante algunos años. No obstante "The Next Day", cómo no, aportó sus novedades sonoras manteniendo el estilo Bowie pero acoplado a este tiempo; y prosiguió hasta "Blackstar", su última originalidad.