Comenta la nota de prensa del concierto de ayer (extractando) que Alejo Stivel y Carlos Tarque, "dos estrellas del rock and roll en español, eligieron la ciudad de Vigo para reunirse por primera vez en una exclusiva noche. Una ocasión única en un concierto acústico e íntimo, en la que el público podrá disfrutar de los clásicos que todos conocemos (y algunas versiones nunca antes hechas por ellos), el colegueo, y la oportunidad de pasar un rato cercano con dos artistazos que nos harán participar de su víspera navideña a puro rock."
Ya destila, la nota de prensa, los vicios y clichés que hemos disfrutado ayer noche: "colegueo", "artistazos" y la información del formato acústico. Me hace gracia que siempre, en este tipo de conciertos a pachas, se apela al "buen rollo", como si no se presumiera de antemano. Bueno, pero al tema: con puntualidad rigurosa entró Alejo primero, con las guitarras de Santi Guillén y Julian Kanevsky. Abrió con "Hoy puede ser un gran día", de Joan Manuel Serrat ,y luego sonó su clásico con Tequila "Quiero besarte". Tras cantar unos cuantos temas más, salio Carlos Tarque, abrazote de oso y el escenario fue ya compartido. Abrieron con "Rock and roll en la plaza del pueblo", animando a cantar a la gente. El formato era curioso, pues el entorno acústico y la gente sentada en sillas animaba antes a lo tranquilo que a la naturaleza original de las piezas de ambos autores. Sonaron temas de Tequila, pero también de M Clan, como "Souvenir" de su álbum "Sin enchufe", o "Usar y tirar".
Lo más curioso del concierto ha sido sin embargo el ramillete de versiones: empezando por la canción de apretura del autor de "Mediterráneo", ya citada, pasando por temas más afines, en principio a dos rockeros de impronta tan clásica como ellos: Burning sonaron con "Qué hace una chica como tú en un sitio como este", y hubo momentos para genuflexionarse ante Rod Steward o reverenciar a los padres de Tequila, The Rolling Stones.
Esta fue la tónica. Canciones en acústico, versiones de clasicotes, ademanes de, efectivamente, clásicos, y poco riesgo. Una velada perfecta para contentar a los fans de ambos cantantes. Dos muy buenas voces perfectamente armonizadas, y dos artistas muy bien avenidos: se lo pasaron bien (o eso transmitieron) y se lo hicieron pasar bien a sus fans, un público entregado desde el minuto cero, gracias a una buena disposición al tuteo escenario-platea, con humor y compincheo (ya lo decía antes, "colegueo"; qué palabra más ranciofact, por cierto). El sonido estuvo a la altura y el espectáculo fue ágil y, pese al modo "en acústico", nada estancado. Todos lo pasaron genial; el público y los dos cantantes, que animaban continuamente a cantar con ellos y palmear, el tópico ritual live, en fin.
El hall del Mar de Vigo empieza a verse, a fuerza de insistir, como un lugar muy aceptable para conciertos de rock. Aunque ayer la cosa fue casi más de cantautoreo urbano, acústico y clasicote, ya se ha probado con experiencias más bombásticas como Crystal Fighters, que llenaron (mucho más que ayer, de hecho). Merece ser explorado como espacio fijo para conciertos, incluso internacionales, un bien cada vez más escaso en Vigo.
