Francisco G. Cobas / MOS

Muchos conductores ya se han fijado en el monumento mientras pasaban por la carretera N-550 (Redondela-Porriño), a la altura del barrio de Santa Marta. Aparentemente no son más que unas letras de piedra que forman el nombre del municipio de Mos, pero este conjunto escultórico tiene un significado más profundo que ni siquiera conocen muchos vecinos de la parroquia. Las letras están formadas con los restos del antiguo molino de Valente y el monumento lo ha diseñado Marcos Escudero por encargo de la Asociación de Vecinos Santa Baia.

Hace algunos años, las obras de reforma de la carretera se llevaron por delante el antiguo molino, las piedras quedaron esparcidas por varias fincas del entorno y la mayor parte se perdió para siempre. Cuando los responsables de la Asociación de Vecinos quisieron recuperar la histórica construcción sólo encontraron el pie, la muela y dos trozos del canal. Era imposible restaurar el molino, pero querían conseguir, de algún modo, que el patrimonio etnográfico siguiera vivo.

Marcos Escudero asumió el reto con ilusión y buscó la forma de convertir aquellas piedras en un símbolo para la parroquia y para todo el municipio de Mos. Las piezas del molino, destruidas en su momento por el avance del asfalto, tenían que servir para recuperar la memoria. "Estaban tiradas, agardando por alguén que as collera para poñelas no seu xardín", explica Marcos. Este suele ser el destino del patrimonio abandonado y con su trabajo ha querido devolverle el molino al pueblo.

Para diseñar el monumento decidió explorar el origen etimológico del topónimo Mos. En la Edad Media la parroquia ya era conocida como Molis y la tradición explica que el nombre procede de la piedra del molino que tritura el grano, la "moa", que en gallego forma plural en "mos". Marcos se ocupó de investigar la verosimilitud de esta teoría y descubrió un origen distinto del término Mos. Procede, efectivamente, de "moa", pero hace referencia a los "penedos" en forma de muela que abundan en los montes de la parroquia.

A pesar de esta confusión histórica, Marcos quiso rendir homenaje al origen "mítico" del nombre de Mos. Hace un año puso en marcha el proyecto y ahora el monumento espera a que le coloquen una placa y a que lo iluminen como se merece para ser inaugurado oficialmente.

"Pelouros"

Marcos Escudero aportó su experiencia para construir una obra que puede llegar a ser un símbolo para todo el municipio. Es un autor joven, pero es capaz de imprimir un estilo propio a todas sus esculturas. Desde pequeño se sintió atraído por las artes plásticas y en los últimos años ha realizado muchos trabajos en piedra. Su seña de identidad son los "pelouros", cantos rodados de gran tamaño que pule hasta darles su aspecto definitivo.

Forma original

"Trato de respectar ao máximo a forma orixinal da pedra", asegura. Su trabajo consiste en potenciar las formas que ya se adivinan en la naturaleza, pero las líneas que marca su cincel nos remiten al arte del pasado, a los trisqueles de origen céltico. "Trato de continuar unha tradición artística que morreu", defiende Marcos, aunque a través de aquellas formas expresa muchas veces los sentimientos que le provoca la actualidad más viva. De hecho, ahora está trabajando en una escultura que expresa el dolor del monte quemado este verano.