Los testimonios de los vecinos afectados por la explosión de un almacén pirotécnico clandestino se suceden. La onda expansiva derribó casa, tumbó tejados, levantó muros y ha dejado un reguero de una treintena de heridos y una mujer fallecida. Además, hay decenas de desalojados para los que se está habilitando una instalación de la Cruz Roja donde pasar la noche.

Uno de los últimos testimonios es el de un hombre que relató a la SER cómo una viga de cinco metros salió volando por los aires y cayó a pocos metros de donde se encontraba con su familia.

No es el único relato estremecedor de la jornada. Otra mujer, Carmen Alén, se encontraba en casa con su marido cuando el impacto hizo que la casa se les viniera encima. "Fue horroroso, parecía el fin del mundo", explicaba.