Tomiño apuesta por las familias en aspectos tan fundamentales como el de la calidad educativa, integración social o la adquisición de competencias para el correcto desarrollo de las funciones parentales, fomentando valores. La sociedad precisa herramientas para su crecimiento en positivo, sobre todo en municipios en desarrollo como es Tomiño.

Un total de 259 familias con 312 menores a su cargo fueron beneficiarias del programa de Educación Familiar del área de Benestar Social del Concello de Tomiño durante el año 2017. Otras 136 unidades familiares, también con menores, fueron usuarias de los servicios sociales municipales. Treinta percibieron alguna ayuda económica de emergencia.

En el primer caso, el objetivo fue promover la adquisición de competencias para el correcto desarrollo de las funciones parentales y educativas, fomentando valores como la igualdad de género o la corresponsabilidad. En muchos casos se puso al alcance de estas familias atención psicológica, alternativas e itinerarios socioeducativos para favorecer su integración social y prevenir situaciones de vulnerabilidad o el riesgo de exclusión. Las familias usuarias de los servicios sociales fueron atendidas para recibir información, orientación o asesoramiento con el fin de facilitarles el acceso a distintos recursos; gestión de prestación económica como la Tarxeta de Benvida o el título de familia numerosa, y otras destinadas a garantizar la autonomía personal o la atención a la dependencia y a la discapacidad. Unas 30 familias con menores a su cargo recibieron ayudas de emergencia municipal destinadas a la cobertura de necesidades básicas como son alimentos y ropa, entre otros; mobiliario básico, como lavadoras, radiadores, etc.; ayudas vinculadas al uso de la vivienda (para pagar recibos de suministro de energía eléctrica, agua y otros); y para conseguir asistencia sanitaria no cubierta por el sistema público de salud, como la compra de gafas. La concejala del área, Cristina Martínez, explica que primero es necesario un diagnóstico social de la comunidad, con análisis de necesidades y demandas, además de un plan de intervención para las personas socialmente vulnerables.