"Desde 2011, solo he trabajado un total de 8 meses. Cuando ven la minusvalía en el currículum, no te contratan. Creen que vas a coger bajas y que no vas a rendir como el resto". Lo dice Luis Senra, un vigués de 43 años residente en A Guarda que ha realizado entrevistas de trabajo desde los dos lados de la mesa. Durante casi dos décadas estuvo al frente de una empresa de extintores, pero la crisis y una grave enfermedad que acabó en discapacidad lo obligaron a empezar de cero. Ahora hace prácticas como controlador en el parking de O Aral cuando ha cumplido ya los 43 años. Las realiza gracias a un convenio de colaboración entre la Confederación Galega de Persoas con Discapacidade (Cogami), a la que pertecene, y el Concello de Baiona, que trata de mostrar su compromiso con la eliminación de barreras en la inclusión laboral, según explica el gobierno municipal.

"¿Que cómo se llega a esta situación? Por trabajar demasiado. Tuve un cáncer y no descansé lo suficiente tras la radiación. Así que acabé con cuatro vértebras atravesadas por tornillos y una minusvalía reconocida por la Xunta del 53%. Tuve que cerrar la empresa al estar enfermo y por problemas de impagos de clientes debidos a la crisis", relata el nuevo "becario" del aparcamiento, cuya discapacidad no es visible. Se resume, según explica, en la imposibilidad para "realizar grandes esfuerzos y coger pesos".

Aunque la limitación parezca leve para llevar a cabo una vida normalizada, no lo es a la hora de conseguir un trabajo. "No cobro absolutamente nada porque el Estado considera que puedo trabajar, pero lo cierto es que resulta muy difícil que te contraten en estas condiciones", insiste en denunciar.

La situación lo llevó a una depresión, de la que logró salir con la ayuda de Cogami. "Yo no quería la minusvalía pero es que la tienes que coger para conseguir un empleo. Tengo un hijo de 8 años y dependo de la ayuda de la familia. Era hundirme o hacer algo", recalca. Una vez en manos de la entidad, ha realizado un curso de carretillero y ahora lleva a cabo el de auxiliar de servicios, por el que ha empezado la formación práctica en el aparcamiento baionés durante 50 horas que finalizarán este viernes.

Allí aprende a manejar el sistema de cámaras de seguridad, a hacer caja, a cobrar a los usuarios, a abrir la barrera si falla el mecanismo... "Me siento útil y yo lo que quiero es trabajar", subraya. Su intención es presentarse a la selección de personal que el Ayuntamiento realizará para cubrir las vacaciones en verano.