El mondarizano Serafín Acuña, de 63 años, lleva semanas buscando en las farmacias de la provincia, y también de Madrid y Barcelona a través de conocidos, existencias del medicamento que toma desde hace dos años y con el que ha logrado controlar las arritmias ventriculares malignas que padece. En su farmacia habitual le alertaron de que las pastillas que necesita, Dicorynan, iban a dejar de distribuirse en España en breve por eso, aunque tenga que costearlas él, intenta hacerse con "provisiones".

"Tomo ocho pastillas de estas diarias desde hace dos años, cuando me las recetó un cardiólogo de A Coruña y desde entonces tengo las arritmias controladas", asegura Serafín, quien al saber que este medicamento iba a dejar de comercializarse en España se puso en contacto con el Ministerio de Sanidad para solicitar que no ocurra. "Me enviaron una carta en la que me decían que el medicamento iba a volver a estar disponible el 9 de abril, pero llego ese día y nada, después me dijeron por teléfono que iba a volver a venderse el 16 de abril, y tampoco, de ahí mi preocupación", relata Serafín.

El ministerio le recomendó que le solicitase a su médico un cambio de tratamiento, sin embargo, Serafín teme que de producirse no consiguiese sobrevivir. "Hace dos años sufrí una tormenta arrítmica, que se llama, precisamente por un cambio de tratamiento y estuve a punto de morir, me salvé por segundos que llegó la ambulancia" explica el mondarizano, que vive con un desfibrilador automático implantable (DAI) desde hace cinco años para controlar las taquicardias y evitar que ocurra un desenlace fatal, la muerte súbita.